Uno de los pendientes que quedaron de la primera administración de la presidenta municipal de Othón P. Blanco, Yensunni Idalia Martínez Hernández, es la creación del relleno sanitario para que la basura de Chetumal y comunidades aledañas deje de verterse en el tiradero a cielo abierto que es el actual basurero municipal, siendo una de las problemáticas principales que aquejan a los ciudadanos.
En ese sentido, un acercamiento a la ciudadanía que habita en las colonias cercanas al basurero permitió conocer de boca de los chetumalenses las diferentes consecuencias que implica vivir en la inmediatez de ese lugar; por ejemplo, afectaciones a la salud cuando se presentan incendios, en temporada de lluvias, a causa de la fauna que se concentra en los alrededores y otros más.
De acuerdo con vecinos de la colonia Américas 3, siendo la más próxima al tiradero a cielo abierto, este tema ha sido una constante fuente de incomodidad para las familias que tienen sus viviendas ahí, pues llevan entre 6 a 10 años soportando malos olores, plagas, enfermedades y más situaciones derivadas que afectan su vida cotidiana.
Respecto a la salud, los menores de entre 0 a 15 años son los más afectados, principalmente, por enfermedades respiratorias como el asma; de manera general, los habitantes padecen tos, dolor de garganta e irritación ocular.
Cabe mencionar que esto se incrementa en los momentos cuando se incendia el basurero, pues además del humo que emana también se incrementa el polvo y los malos olores. Otra de las afectaciones derivada es cuando la ropa recién lavada se impregna del olor a humo, debido a que muchas veces los afectados tienen su ropa secando a la intemperie, sin contar con que se gestará un siniestro, y los toma desprevenidos.
Asimismo, si esto ocurre cuando no se encuentran en sus casas y tienen las ventanas abiertas, el humo se mete a todos los rincones de las casas. A pesar de que los habitantes de Américas 3 han acudido en diversas ocasiones a interponer sus quejas ante el Ayuntamiento Municipal, no han obtenido alguna solución y las únicas indicaciones que les dan en casos de incendio es que mantengan sus ventanas cerradas; eso, cuando los reciben los trabajadores, pues en muchas ocasiones no son atendidos.
La molestia principal radica en la corta distancia que existe entre el fraccionamiento y el basurero, pues es totalmente insalubre que se siga usando ese espacio para tirar los desechos, ya que mantiene en riesgo a la ciudadanía y tanto las autoridades municipales como estatales no se han ocupado en atender dicha problemática, únicamente usan la situación para ganarse la simpatía de los afectados.
Por último, cabe resaltar que las condiciones en que se encuentra el tiradero a cielo abierto también resultan riesgosas para quienes ingresan a él, como los trabajadores que acuden todos los días para separar la basura -comúnmente llamados pepenadores-, debido a que están a expensas de sufrir cortaduras u otras heridas ocasionadas por moverse entre los desechos que se encuentran esparcidos por todo el lugar sin algún tipo de orden; incluso entre charcos de agua y lodo, además de que están rodeados de fauna carroñera.