La manada de coatíes que había en la parte Sur de Isla Mujeres desapareció antes de la pandemia, no hay registro oficial sobre su destino, en medio de las versiones de que fueron sacrificados por gente inconsciente, con el argumento que invadían predios.
El veterinario Delfino Guevara señaló que esos ejemplares, que también llegó a ver, no son originarios de la isla, “seguro que alguna persona los trajo”, agregó, al asegurar que hace años hubo una mujer que tuvo uno como mascota.
Algunos exempleados de la Dirección de Ecología, dijeron que los animales no fueron registrados y se les veía deambular en manada por Playa Indio, el refugio anticiclónico y en la carretera a Garrafón, entre otros puntos.
Guevara estimó que hace más de 10 años que vio a los coatíes deambular y llegó a tratar a uno, que tenía la señora Blanca, como mascota, y está dispuesto a brindarles atención si todavía hay descendencia de esos animales.
Pero habitantes que viven por la zona creen que murieron, pero no están seguros si los sacrificaron como se comenta.
El coatí (Nasua narica) está protegido por la NOM-059-SEMARNAT-2010, en riesgo de desaparecer, por lo que el médico solicita información a la población, si ven ejemplares, avisar para proceder a su rescate en coordinación con el Director de Ecología, Edwin Novelo Ríos.
El hábitat de la especie es Centroamérica, México y el Sur de Estados Unidos; su comportamiento es social, vive en manadas, mientras que los machos adultos son solitarios; su alimentación es omnívora y llegan a pesar entre 3 y 5 kilos.
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En los alrededores de las ciudades son vistos, como sucede en Cancún, por el avance de la mancha urbana invadiendo su hábitat; en el caso en la Zona Continental de Isla Mujeres, los vecinos han visto manadas.
Por el convento de Boca Iglesias hay manadas y se acercan a la gente que llegan de visita al vestigio, porque algunos les dan alimento, por lo que asociar eso con la llegada de visitantes, según prestadores de servicios como Olegario Santos, quien lleva grupos desde Costa Mujeres.
La proliferación que se llegó a dar en la isla fue casual, cuando hace más de 20 años alguien introdujo un par como mascotas, se reprodujeron y se salió de control la población y comenzaron a deambular en la parte Sur, según coinciden las versiones de las familias consultadas.
GC