Si en la pasada temporada alta de verano no pudieron ahorrar por las malas ventas que hubo, los vendedores ambulantes de las playas saben que se las verán mal los meses de septiembre y octubre, “vamos a tener dificultades para pagar la renta y comprar alimento”, dijeron varios de ellos cuando recorrían camastros ofreciendo sus productos al poco turismo que se observa en esos sitios.
“Necesitamos llevar en casa alrededor de 500 pesos diarios para enfrentar los pagos de renta que no bajan de 5 mil al mes, la alimentación y gastos de educación de los hijos”, dijeron José y Pascual durante una parada que hicieron para hablar de su precaria situación, al no lograr esa meta en muchas ocasiones durante estos días.
Muchas no venden ni 500 pesos del costo de la mercancía, entones sus ingresos se vuelven 300, porque a cada producto le sacan de ganancia el 40 por ciento en promedio, en medio de mucha competencia y poco dinero que traen los visitantes.
José explicó que tuvo que enviar a estudiar a sus tres hijos a su natal Chiapas, bajo la protección de su madre, él se quedó aquí con su esposa para generar los gastos de la educación, pero están viendo dificultades para sobrevivir, por lo que su pareja está viendo bien cómo puede generar ingresos para el hogar.
No tiene ahorros para superar el periodo difícil, situación que lo hace reflexionar para ver si continúa en este oficio, pues la situación no es la misma que antes de la pandemia; en especial, porque el actual gobierno aplica un alto cobro del permiso, que antes era de 600 pesos, pero en otoño de 2021 brincó a 2 mil pesos al mes, aunque se mantiene esa cantidad, es difícil reunirla, coincidió a su vez Pascual.
Sabe que algunos colegas deben algunos meses de pago de los permisos por falta de dinero, entonces como van las cosas podría tomar la decisión la autoridad de cancelarlos, así quedarían al aire con los ingresos.
De hecho, uno de los entrevistados señaló que desde hace algunos meses comenzó a trabajar en el turno vespertino, a fin de mejorar el ingreso familiar.
Ellos salen a vender entre las 10 y 11 de la mañana y regresan a sus hogares entre 3 y 4 de la tarde; entonces, el que busca un segundo trabajo se emplea por la tarde, en circunstancia que el número de solicitudes de empleo bajó por la temporada y se reactivará hasta noviembre, según representantes de empresas en Playa Norte y el Centro Histórico.
A finales de otoño e invierno las ventas mejoran, superan a veces los mil pesos diarios, y algunos con mejores destrezas llegan con más producto, logrando llegar a los mil 500 pesos, siendo sus principales clientes los estadounidenses, ya que los mexicanos compran poco.
Actualmente, en las dos playas de uso masivo hay 40 vendedores, no llega gente de fuera para competir, como llegó a suceder en alguna ocasión; sin embargo, eventualmente llegan a aparecer foráneos y la autoridad municipal interviene para controlar la situación.
