A poco más de 16 años de haber comenzado la venta de bazar para apoyar principalmente a 10 madres solteras en la colonia Luis Donaldo Colosio, actualmente hay más de 600 vendedores. Desde el tradicional hierberito hasta la venta de cabezas con cornamenta de toro, cada domingo los comerciantes ofrecen sus productos.
Colorido, diverso y en algunas zonas divertido, el bazar ha comenzado a invadir la avenida 10, lo que ha generado preocupación. Entre los carros y los tinglados, la gente corre peligro al caminar por el arroyo vehicular, especialmente con sus hijos, aseguró Julia Noh, precursora de lo que hoy es el popular tianguis dominical de la Colosio.
“Todo está bien; sin embargo, la acumulación de basura que generan y deja un buen sabor de boca al final del día”, señaló.
“Los animales nocturnos llegan y rompen las bolsas de basura que dejan al terminar la jornada, lo que genera más problemas para los habitantes. Lo ideal sería que se lleven su basura desde donde vienen”, agregó.
Desde el hierberito con sus remedios y medicinas ancestrales, pasando por la venta tradicional de la península como pepita de calabaza, dulce de papaya, saborines, mondongo dominguero, helados artesanales, juguetes, plásticos, perfumes, y aquel “amigo” que te consigue la herramienta que necesites, hasta ropa de paca de medio uso, mochilas, cristales de cuarzo para protección, como el ojo de tigre y ojo de venado, pulseras rojas, e incluso un inusual cráneo de toro con cuernos, el tianguis se muestra en su máxima expresión de colorido y diversidad.
Sin embargo, se observa una falta de atención por parte del Gobierno municipal, que cobra 275 pesos mensuales a los tianguistas. Estos comerciantes buscan completar cada domingo lo que necesitan para la semana, vendiendo cosas útiles que ya no ocupan en sus casas o, incluso, ofreciendo productos nuevos.
Entre los gritos de “granizados”, “paletas”, “aguas frescas”, chunches y artilugios, la gente se pasea en familia, en pareja o sola, buscando algo que les salga bueno, bonito y barato, desde la avenida 30 con calles 54 hasta la 58, extendiéndose hasta la Quinta Avenida; sin embargo, en la décima, donde hay mayor circulación, ya se observa la invasión de los marchantes y la ocupación de la escarpa, lo que impide el paso y obliga a los peatones, con todo y familia, a caminar por el arroyo vehicular, poniéndose en riesgo.
Recordó que hace más de 15 años decidió apoyar a un grupo de madres solteras para realizar un bazar donde pudieran ayudarse económicamente. “Empezamos con 10 puestos para apoyarlas, y mira cuánta gente ha venido a convertirlo en un tianguis popular”.
Hasta hace poco, comentó, había un registro estimado de 450 vendedores, pero ahora superan los 600. Sin embargo, “ya no son personas humildes que necesitan completar el día; ahora vienen de Cancún y comerciantes profesionales a ofrecer sus productos, algunos sin permiso, y las autoridades ni se asoman”.
“Baratijas por aquí, herramientas por allá, zapatos baratos, botas para chamba ruda con casquillo protector”, comentó un vendedor. Lo que espera para fin de año es algo bueno en ventas, y añadió que lo que más vende son martillos, dobladores, y herramientas de construcción y eléctricas.
“Seguimos vendiendo mucho, poco o lo que salga, porque para nosotros, la esperanza nunca muere”, dijo un par de artesanos al ser preguntados sobre sus expectativas de ventas para fin de año