Quintana Roo / Riviera Maya

Pescadores denuncian pesca y venta ilegal de caracol rosa en Playa del Carmen

La pesca furtiva amenaza la sustentabilidad de la especie y afecta la economía de quienes cumplen con la ley.
De septiembre a noviembre, los pescadores de la región extrajeron un promedio de 250 toneladas de productos de escama / Gustavo Escalante

A pesar de que hay veda para la captura de caracol rosa, el producto marino se sigue comercializando; mientras más lo restringen, aumenta el botín para su mercadeo, denunció José Gómez Burgos, presidente de la Asociación de Pescadores Xaman-Há.

“Llega gente de Cozumel a las costas de Solidaridad para capturar caracol y comercializarlo, y es gente que tiene permisos para la pesca. Aunque hay veda para la captura de estos productos, siempre estará a la venta. Es como la venta de licor de forma clandestina: aunque esté restringido en ciertos horarios, siempre hay puntos de venta las 24 horas”.

Esta situación afecta a la comunidad local, ya que están limitados para pescar y sin poder vender a un mercado.

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“La pesca ilegal siempre ha existido. Se da porque hay gente que tiene permisos y captura especies que están en veda. El caracol es como la tortuga: no se permite capturar esas especies, pero aun así hay aprovechamiento, porque hay demanda; hay gente que se dedica a eso para su comercialización”.

En cuanto a la reducción de la producción por su captura, se tendría que hacer un estudio científico para conocer los impactos. Sin embargo, lo que se sabe es que hay especies que, con su captura, aumenta la producción.

Gómez Burgos, al referirse a la captura de peces, agregó que la temporada es buena. Al año se logran capturar 500 toneladas; de septiembre a noviembre de cada año, un promedio de 250 toneladas en productos de escama, mero, boquinete y mojarra. Estos alimentos se comercializan en el mercado local.

Los hombres de mar aseguran que mientras más se prohíba, hay más venta / Gustavo Escalante

En cuanto a la pesca de diversas especies, dijo que no están en las orillas del mar, sino a profundidades mayores, y para alcanzar una buena cantidad se requiere de experiencia para obtener productos como el dorado, el pargo, la sierra y el huachinango, que se comercializan de forma directa con la población a precios favorables. Por ejemplo, el kilogramo va desde 100 pesos, mientras que en los puntos de venta el filete se expende en 280 pesos.

“Los pescadores siempre tratan de capturar la especie que tenga la talla adecuada; arriba de 300 kilogramos es mejor. Si es muy pequeño, no, salvo que sean algunos pescados deportivos o alguien quiera extraer alguno para comer. Cuidamos la forma de captura”, agregó.