Una menor de seis años de edad, quien debido a la mala alimentación aparentaba menos edad, cargaba en brazos a su hermanita de tres y consolaba a la de cinco, quienes lloraban al estar rodeadas de paramédicos, mismos que junto con elementos del Grupo Especial en Atención a Víctimas de Violencia Familiar y de Género (GEAVI) las habían rescatado minutos antes de un domicilio ubicado en la Supermanzana 231 de Cancún; se supo que las pequeñas eran utilizadas para sostener los vicios de sus padres y para ello las ponían a pedir limosna en otra región, las cuatro fueron ingresadas a un hospital, para ser valoradas y atendidas medicamente.
“Y si no tenemos nada me las puedo llevar a mi casa”, eran las palabras que la pequeña de seis años repetía a las autoridades, quienes trataban de tranquilizarlas para poder ingresarlas al Hospital “Jesús Kumate Rodríguez”, donde serían valoradas y una de ellas, la más pequeña de dos años, tratada por la alta temperatura que presentaba al momento de ser rescatada, los socorristas y elementos del Grupo GEAVI parecía que estaban tratando con la madre de las niñas, por la madurez con la cual esa pequeña respondía, su voz inocente pero firme hacía preguntas coherentes sobre qué pasaría con ellas y cada procedimiento al que serían sometidas, ya que de alguna manera tenía que darles palabras de aliento a sus hermanas, quienes no dejaban de llorar, incluso una de ellas se aferraba a sus brazos.
Finalmente los uniformados las fueron ingresando una a una al Hospital General de Cancún donde ya estaban siendo esperadas, no era necesario preguntar por su estado de salud, ya que sus pequeños cuerpos mal nutridos y cicatrices de signos de violencia, junto con sus ropas viejas, denotaban que a su corta edad estaban pagando las consecuencias de las malas decisiones de sus padres, de quienes se supo que no trabajan y ambos son consumidores de alcohol y todo tipo de drogas, por lo que para sostener sus vicios llevaban hasta otros puntos de la ciudad las menores para pedir limosna.
Por lo menos durante cinco años la mayor ha sido explotada por sus padres sin que ningún familiar o vecino interviniera; fue hasta la noche del pasado lunes que uno de los habitantes de esa zona decidió alzar la voz, esto luego de que encontrara durante la madrugada a las niñas caminando por calles aledañas, el hombre dio aviso a las autoridades a través del número de emergencias 911 y explicó lo que sucedía, a los pocos minutos la madre llegó alegando que se había salido de casa tras pelear con su esposo y que no se percató que las niñas la siguieron.
Sin embargo, personal del GEAVI, quienes en ese día acudieron al auxilio no se mostraron indiferentes, por lo que el día de ayer, en repetidas ocasiones, estuvieron buscando a las menores y fueron a recorrer cada punto donde les mencionaron que las han visto pidiendo limosna, al parecer debido al mal clima las dejaron descansar pero en su vivienda tampoco se encontraban, fue hasta la noche que por fin las vieron.
Los rostros de los paramédicos y autoridades reflejaban todo lo que habían visto y que se escondía en esas cuatro paredes, las pequeñas usaban ropa que por días no se habían cambiado, su cabello enmarañado, sus rostros sucios y pies descalzos eran parte de la mugre que predominaba en el interior, los padres quienes al parecer ya esperaban el momento en que se les fueran quitadas las menores, simplemente no opusieron resistencia, para las niñas el tener gente que les hablara con respeto fue alivio mientras permanecieron en su vivienda.
Luego de ser trasladadas al hospital, quedaron a cargo del Sistema Integral para el Desarrollo de la Familia (DIF), quienes realizaran la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo (FGE) para que se procediera en contra de sus padres, quienes al no haber lesiones recientes no fueron detenidos.
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CG