Hasta septiembre de 2024 se han contabilizado 554 casos de violación simple, uno de ellos es el de Estefanía Ibarra, quien denunció en abril de este año ante la Fiscalía de Delitos Contra la Mujer en Cancún, los abusos a los que fue sometida, que incluye violación durante 12 años de matrimonio con Arnaldo N., quien se encuentra en arresto domiciliario.
Sin embargo, teme que por ser un hombre de alto poder adquisitivo logre evitar la justicia, ya que la ha amenazado con pedir ayuda a “conocidos que son magistrados y podría comprar autoridades”, y ella no quiere ser parte de la estadística de feminicidios.
Actualmente se encuentra en arresto domiciliario, pero desde junio solicitó la reclasificación del caso a violencia doméstica y no como violación, lo que podría dejarlo libre mientras el proceso continúa, por eso pide a las autoridades escuchar su voz.
Por ello, decidió dar la cara públicamente y quede constatado que cualquier cosa que le pase a ella y a su familia, lo hace responsable directo.
Con la ayuda de otras mujeres se manifestó en la Plaza de la Reforma en Cancún, para exigir justicia y, después de una hora, aproximadamente, personal del ayuntamiento de Benito Juárez la atendió a puerta cerrada.
En el Código Penal de Quintana Roo, la violación simple se define como el acto de tener acceso carnal con una persona sin su consentimiento, utilizando la violencia física o moral; está tipificado en el artículo 128, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En cuanto a denuncias por dicho delito, la entidad se ubica en el primer lugar en comparación con los estados de la península, en segundo está Campeche con 186, mientras que Yucatán registra 33.
La denuncia inicial que interpuso Estefanía fue por violación, en la que aseguró que en este proceso la invade el miedo por su vida, ya que desde que su exmarido se enteró de las acciones legales que ella tomó al respecto, las amenazas no han parado, incluyendo a su familia, por lo que tuvo que huir de Cancún, pero de poco sirvió la distancia, porque encontraron un GPS en su camioneta.
En el proceso de divorcio, dijo que el sujeto ha logrado que la despidan de los empleos para presionarla a volver y seguir ejerciendo el control sobre ella y, a pesar de alejarse y cambiar varias veces de domicilio, él siempre buscó la manera de encontrarla.