
Los cenotes de Yucatán son maravillas naturales de gran importancia ecológica y cultural al ser una fuente de agua dulce vital para la región, albergando un ecosistema frágil en el que habitan diversas especies de flora y fauna, por lo cual, hay ciertas medidas que se tienen para ingresar a ellos.
La contaminación es una amenaza constante para estos cuerpos de agua, y una de las principales fuentes de contaminación es el uso de protectores solares y otros productos químicos en la piel de los visitantes
Los protectores solares contienen sustancias como oxibenzona, octinoxato y parabenos, que pueden ser altamente dañinas para los organismos acuáticos.
Cuando los bañistas ingresan a los cenotes con estos productos en la piel, los químicos se disuelven en el agua y afectan la calidad del ecosistema.
Con el tiempo, esto puede alterar el equilibrio natural, perjudicando a especies como peces, algas y microorganismos esenciales para la salud del cenote.
Además del impacto ecológico, la acumulación de sustancias químicas en el agua puede provocar la proliferación de bacterias y alterar la composición del agua, volviéndola turbia y afectando su pureza.

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Dado que muchos cenotes están conectados con el manto freático y constituyen una fuente de agua para las comunidades locales, su contaminación podría tener consecuencias más amplias en el abastecimiento de agua potable.
Por estas razones, en los cenotes de Yucatán se prohíbe el uso de protectores solares convencionales, aunque algunos lugares permiten el uso de bloqueadores biodegradables; sin embargo, la mejor manera de proteger estos ecosistemas es evitar por completo el uso de productos químicos antes de nadar en los cenotes y optar por otras alternativas, como el uso de ropa de manga larga, sombreros o simplemente disfrutar de la sombra natural.