Aunque la zona Oriente de Yucatán es ampliamente conocida por su actividad ganadera, existen también varios lugares que la posicionan como una importante alternativa para el turismo ecológico y de aventura, lo cual han fomentado cooperativas de campesinos que buscan atraer visitantes con la riqueza que ofrecen estas tierras, y que les permite obtener recursos económicos de forma constante.
Una de ellas es la laguna Nachi Cocom, ubicada a poca distancia de la comisaría de Popolnah, que con cerca de mil 500 hectáreas es un paraíso de la naturaleza y santuario de cientos de aves migratorias que pueden observarse y apreciarse en este periodo invernal, además de ser uno de los espacios en donde la población tiene el compromiso de proteger y conservar al jaguar.
En este lugar se puede practicar el avistamiento de diversos animales, como los ya mencionados, además de pumas y monos araña, entre otras especies. De igual forma, ofrece a los visitantes actividades como senderismo y paseos en kayak, o simplemente practicar la natación en las frescas aguas de este espacio natural.
También la comisaría de Tixcancal tiene lo suyo, pues ahí se encuentra el parque ecoturístico Cenote Aka’ab Che’en, a poca distancia de esta comunidad. En este sitio se puede disfrutar del contacto pleno con la naturaleza, en las entrañas de la tierra, y en la enorme bóveda del cenote se observan estalactitas, lo cual llama la atención de los visitantes que llegan a pasar largas horas de descanso o de aventura.
Asimismo, el lugar cuenta con un comedor donde los visitantes pueden degustar una amplia variedad de comida típica de la región que es preparada por manos expertas. Los amplios senderos del parque conducen a palapas donde la gente tiene la oportunidad de tomar un descanso en hamaca.
La comisaría de Kikil es denominado tesoro maya escondido, y es uno de los 95 Paraísos Indígenas de México, a donde llega turismo nacional y extranjero, principalmente de los Estados Unidos y Europa, además de que se ha recibido a personas de Japón, China, Alemania y hasta Rusia, entre otras naciones.
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Su esencia natural cautiva a los visitantes que buscan el contacto directo con el entorno, y que disfrutan la tranquilidad y la privacidad que ofrece. En este espacio no se promueve el turismo en masa, según reveló uno de los trabajadores.
El proyecto inició en 2012 cuando el comisario era Greber Perera Ayala, de acuerdo con lo que se averiguó, al que se sumó la asociación civil Prodetur, iniciando la realización de eventos culturales, y esto llamó la atención de toda la sociedad. Se buscaba generar empleos para la comunidad, convirtiéndolos así en los propios administradores de este punto.
Asimismo, se trabajó para conseguir una figura jurídica y gestionar recursos, integrándose como una sociedad cooperativa en 2015, recibiéndose en ese año apoyo para la limpieza del cenote y una escalera de acceso de madera. Un segundo recurso permitió construir la palapa intermedia.
Desde el 2018 y hasta la fecha, el parador turístico se maneja con recursos propios de la gente que trabaja, y durante la pandemia del COVID-19 se hizo un esfuerzo para dar mantenimiento y sostener este lugar. A diferencia de muchas empresas que se fueron a la quiebra, ésta sigue en pie porque la gente trabaja los 365 días del año.
En la temporada alta se recibe a visitantes de otros países que llegan primero a Cancún, Playa del Carmen, Cozumel o la Riviera Maya, y que ven este lugar como una alternativa para disfrutar otro tipo de turismo, además de la playa.
La comunidad de Kikil cuenta además con una joya arquitectónica que es la parroquia de San Francisco. La particularidad de ésta es que es muy austera, no tienen retablos dorados, y data del siglo XVII.
Además, se tiene en esta zona de Yucatán el parador turístico llamado Cenote Xcanché, que se encuentra a pocos kilómetros del sitio arqueológico de Ek Balam, perteneciente a Temozón, y que es una cooperativa administrada por ejidatarios. Abre todos los días de 8:00 a 18:00 horas.
Además, se tiene el cenote Santa Cruz, localizado a dos kilómetros de la comisaría de Chan Cenote, donde los paseantes pueden disfrutar de sus aguas cristalinas. También en la comunidad hay gran atractivo, pues ahí se encuentra una parroquia virreinal con estructura del siglo XVIII, de una única nave rasa, presbiterio rectangular y coro a los pies, que aún conservan su capilla de indios.
Estos son tan sólo algunos de los sitios de interés que existen en la zona Oriente de Yucatán que, como ya se mencionó, es ampliamente conocida por su actividad ganadera, pero tiene mucho más que ofrecer a los visitantes a lo largo de todo el año, y representan una buena oportunidad para conocer más de lo que ofrece nuestro estado y que resulta de mucho interés para el turismo.
