Dr. Arsenio Rosado Franco
Observamos hoy cómo se legalizó el consumo de marihuana en Canadá y cómo filas de consumidores acudieron a comprarla, otros países como Uruguay, Portugal y varios Estados de la Unión Americana también han legalizado el consumo. No tardará mucho para que en México se legalice su uso recreativo.
Por los medios ya sabemos que van a proponer leyes en ese sentido. Debemos estar muy atentos para que la sociedad y los expertos podamos opinar y debatir sobre la Ley que presenten a nivel federal, pues hay evidencia científica contundente que el uso de cualquier droga legal o ilegal en los adolescentes afecta más que en los consumidores que iniciaron en la vida adulta. El cerebro tarda en desarrollarse en los seres humanos y hasta el inicio de la tercera década de la vida podemos decir que ya maduró, ingresar al cuerpo y al cerebro, alcohol, marihuana, cocaína e incluso drogas legales como las benzodiacepinas, pueden tener un efecto deletéreo en su desarrollo.
Aparecen cada día, nuevas evidencias de que el uso de drogas afecta en los jóvenes directamente a las habilidades de pensamiento, de aprendizaje, de atención y de toma de decisiones, entre otras afectaciones denominadas funciones ejecutivas, en un grupo más vulnerable también psicosis y enfermedades respiratorias.
Un reciente estudio en la Universidad de Montreal en más de 3,800 jóvenes de 31 colegios con edades arriba de 13 años, que compartieron sus datos sobre el consumo de alcohol y drogas durante un año, mostró con evidencia clara que del 75% de jóvenes que consumían alcohol y el 28% de jóvenes que consumían cannabis, los problemas llamados cognitivos se ligaron más al consumo de la marihuana que a la del alcohol, y los efectos fueron más duraderos.
Si no pueden evitar el consumo de marihuana, que sería lo más sano y sensato, los jóvenes deberían retrasar todo lo posible el uso de la marihuana, ya que su uso interfiere con el desarrollo de su cerebro. Los autores del estudio sugieren aumentar los programas de prevención en las escuelas.
Se ha encontrado al igual con las otras drogas que el adolescente es más propenso a generar adicción que el adulto que inicia el consumo más tarde. En nuestro país es preocupante, pues de acuerdo con diversas encuestas se ha demostrado que el consumo inicia en la adolescencia y muchas veces al lado de los padres, quienes los inician por falta de información la mayoría de las veces, cuántas veces he oído, “mejor que aprendan a tomar conmigo que en la calle” o celebrar los primeros quince años de los varones con cerveza y licor. Hasta el cincuenta por ciento de los adolescentes han consumido alcohol en su corta vida en México. Al legalizarse la venta de marihuana lo más probable es que se repita lo que ocurre con el alcohol, si no se legisla de manera correcta.
Una propuesta que en círculos profesionales se escucha, es que se ponga como límite mínimo de edad, para el consumo no sólo de marihuana sino de cualquier droga psicoactiva que pueda causar adicción como el alcohol y el tabaco, los 21 años. Y si se va a abrir el debate para la legalización del consumo recreativo de la marihuana, pedir que también se aproveche el foro público y se debata sobre legislar de nuevo y de acuerdo a la evidencia científica actual, sobre el consumo recreativo del alcohol, el tabaco y todas las drogas.
Una legislación más amplia debe contemplar a todas las drogas, no sólo la marihuana, todas se interrelacionan entre ellas, hoy lo más común es ver adictos a varias sustancias y no sólo al alcohol, los adolescentes inician con tabaco, alcohol o marihuana, pero ya es frecuente que prueban otras y también desarrollen dependencia a ellas. Punto primordial y más que importante en la legislación, debería ser la de promulgar leyes que prohíban publicidad o propaganda de la marihuana por los medios y de paso aprovechar para terminar con la publicidad sobre el alcohol y el tabaco. No pueden funcionar campañas sobre prevención del uso de alcohol y otras drogas si se publicitan diario, si financia eventos deportivos y culturales con anuncios de drogas y está bien comprobado que la propaganda induce al consumo.
La ley para permitir el uso de la marihuana con fines recreativos, repito, también debería ser más amplia y encuadrarse en una ley más general para el uso de cualquier sustancia psicoactiva que pueda causar adicción. Hay que aprovechar el momento y también legislar sobre horarios de venta y promulgar reglamentos que en verdad castiguen las trasgresiones a la ley. Pues la ley que prohíbe la venta de cerveza y tabaco a menores, al menos en nuestro estado, es letra muerta. Y muchos lugares donde se permite el uso de tabaco o admiten a menores de edad a beber, prefieren pagar multas irrisorias y seguir funcionando y la autoridad no hace nada.
La ley debe ayudar a corregir lo que hasta ahora no funciona con respecto a las adicciones, que cada día aumentan más. Los legisladores deberían establecer que los impuestos que se generan ahora para alcohol y tabaco y los que generen con la legalización de la marihuana se destinen exclusivamente a la prevención, promoción de salud, tratamiento y rehabilitación de los trastornos relacionados con el uso de drogas. Hace unos días leí que la recaudación de impuestos por la venta de cigarros, rondaba los 3,000 millones de pesos al año, pero el tratamiento de las enfermedades pulmonares sólo en el sector salud público, rondaba los 8,000 millones anuales. Ganancias para los vendedores, pérdida para la sociedad.
Si en México actualmente los trastornos relacionados con el consumo de alcohol tienen una prevalencia del 9% (es decir nueve de cada 100 personas tienen un problema de alcoholismo). Y si no nos involucramos en la legislación, esta tasa aumentará y también de manera exponencial se incrementará la prevalencia de trastornos relacionados con sustancias, especialmente la marihuana. Esperemos que no sólo legislen para combatir la violencia y los problemas sociales que genera el tráfico de drogas, sino también legislen desde el punto de vista de la Salud Pública.