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Marcos Celis Quintal entregó buenas cuentas

—Fueron 8 años de trabajo intenso en los que avanzamos en muchos aspectos y creo que podemos dar buenas cuentas, pero creo también que hay mucho que hacer todavía, aseveró ayer el magistrado Marcos Celis Quintal, quien el próximo 31 de este mes concluirá su período como presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial.

Entrevistado al término de la sesión extraordinaria en la que se eligió al magistrado Ricardo Avila Heredia como su sucesor, resaltó que en los dos periodos que encabezó tan alta responsabilidad se registraron muchos cambios y transformaciones en el Poder Judicial a nivel nacional.

—Fue una coyuntura que se dio en todo el país y también en el Estado; hubieron cambios en la oralidad familiar, proceso en el que el Estado decidió adelantarse a su época y se asumió el reto de implementar el proceso familiar de manera oral; el sistema acusatorio; la reforma en materia de derechos humanos y la oralidad mercantil, acotó.

Agradecido

Observó que se registró también una serie de transformaciones tecnológicas y de procedimientos administrativos, “y creo que podemos dar buenas cuentas, pero de igual forma creo también que hay mucho qué hacer”.

En lo personal –continuó–, Marcos Celis se siente agradecido por el apoyo que recibió de todos sus compañeros, privilegiado, porque me tocó vivir una época de grandes retos, de grandes transformaciones y todavía no me cae el veinte de la gran responsabilidad que tuvimos en nuestras manos, pero bueno, creo que en el balance hay resultados positivos.

Dijo que ahora lo que sigue es que se incorporará como magistrado por varios años más a la sala que decida el pleno del Tribunal Superior de Justicia, y que seguramente será la Sala Penal, de donde proviene.

Pendientes

En cuanto a los pendientes, estimó que se tiene que trabajar mucho en la consolidación de los sistemas procesales de la oralidad; en la implementación de la oralidad civil, aunque en este caso expuso que ya no se puede continuar hasta que el Congreso de la Unión expida un Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares.

Queda pendiente también –observó– lo que pasará con la reforma laboral, ya que la Constitución dispone que debemos tener como Poder Judicial la justicia oral laboral.

—En concreto, creo que uno de los grandes retos que van a haber es agilizar los procesos y qué bueno que el presidente entrante ya tiene claro ese tema, pero para agilizar los procesos vamos a tener que tener nuevos jueces y para que los podamos nombrar necesitamos mayores recursos.

Agregó que, para el sistema familiar, se requieren entre 6 y 8 jueces más para llegar a 16 ó 18 para atender los 8 mil asuntos, de tal manera que existan cuando menos dos jueces por cada mil asuntos.

(Rafael Mis Cobá)

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