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Yucatán

5 millones de niños no viven su infancia

Pilar Faller Menéndez

Trabajan en empleos que ponen en riesgo sus vidas

Es desalentador leer que las cifras de pobreza extrema en México no han bajado, muy por el contrario, en los últimos tres años el número se ha duplicado y las demandas por reducir estas cifras llueven de todos lados, pero la ayuda no. Hay cientos de organizaciones sin fines de lucro que luchan por erradicar la pobreza, en especial la infantil, pero la sociedad no ha respondido lo necesario, o el presupuesto del gobierno no ha sido el suficiente, pero el caso es que en las calles miles de niños se están ganando la vida y, muchas veces, poniéndola en peligro.

No se trata de niños que ayudan a sus padres en el trabajo para ayudar con el sustento familiar, son niños que han adquirido una responsabilidad propia de un adulto, y que se ven en la necesidad de trabajar ante la pobreza que enfrentan, muchas veces sin llegar a la edad reglamentaria para hacerlo, poniendo en riesgo su salud y su desarrollo.

Se dice que la infancia es la mejor época de la vida, es aquella en la que todavía hay inocencia y pureza de pensamiento, es una etapa en la que el único deber que se tiene, es el de asistir a la escuela, sacar buenas notas y jugar con los compañeros y amigos una vez finalizados los deberes escolares, es una etapa de desarrollo y aprendizaje, de estimulación, en la cual se inculcan valores, y que con esfuerzo y dedicación los sueños pueden hacerse realidad.

¿Qué soñarán esos niños de entre 5 y 17 años que por las mañanas despiertan para sortearse la vida y llevar algo de dinero a sus casas para poder sobrellevar la pobreza extrema en la que viven? Ellos seguramente no están pensando, como los demás niños, en los regalos que están por recibir en esta Navidad, es un asunto que como sociedad debemos atender y coadyuvar a las autoridades a resolver, cuando menos dejar que duerman una noche sin frío y reciban algún juguete que les devuelva la sonrisa que seguramente han perdido.

Ya mucho se ha comentado los millones de familias pobres que forman parte de nuestro país, pero si repetirlo hasta el cansancio va a lograr una diferencia y va a mover conciencias, es necesario hacerlo, porque la brecha económica no es justa y es grande, porque la niñez es sinónimo de inocencia, porque no podemos ser indiferentes ante esta población que además de pobre es más vulnerable, porque muchas veces es obligada a trabajar y no puede defenderse del maltrato ni del abuso, cuando hay niños protegidos, que viven infancias felices, sin carencias, con el cariño de sus padres, con la seguridad de su familia. ¿Por qué la vida es injusta para algunos?

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