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Ricardo Manuel Wan Moguel 1
La conservación del patrimonio ferroviario ha sido lenta y difícil debido a que, en muchas ocasiones, no se sabe exactamente qué se tiene que salvaguardar. Es importante mencionar, que los inventos surgidos en el ámbito industrial empezaron a ser considerados como patrimonio después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se comenzaron a ver como testimonios de una época que servían para explicar a la sociedad. De hecho, los bienes que lo conforman son los que están relacionados con los cambios sociales y económicos de la etapa postindustrial.2
Dos de los espacios más importantes para la conservación del patrimonio industrial en México son el Museo Nacional de los Ferrocarriles y el Museo de los Ferrocarriles de Yucatán. El primero se encuentra en la ciudad de Puebla y se encarga de rescatar, conservar y difundir el legado ferrocarrilero desde su apertura, el 5 de mayo de 1988. En sus instalaciones está la colección más grande de locomotoras, carros de pasajeros, coches de cargas y cabuses del país. A partir de 1999, se incorporó al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y posteriormente quedó conformado como Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero con dos áreas importantes: el propio Museo y el Centro de Documentación e Investigación Ferroviaria.3
Por su parte, el Museo de los Ferrocarriles de Yucatán se inauguró el 2 de noviembre de 2002 con el objetivo de preservar la historia de los caminos de hierro del Estado. Su colección es considerada la más grande del sureste y en ella se encuentran locomotoras, cabuses, tanques de agua, carros de pasajeros y coches carga. Al igual que el Museo Nacional, cuenta con una biblioteca en la que hay material relacionados con la historia del ferrocarril, pero la mayor parte de la documentación sobre ese tema se encuentra en el Archivo General del Estado.
Ahora bien, los dos espacios se caracterizan por tener máquinas de diferentes épocas y piezas que tienen alguna relación con los trenes como herramientas o muebles. De hecho, al recorrer los dos lugares podemos observar el gran parecido que existe en sus instalaciones y la ardua labor que han llevado a cabo sus directivos para la conservación del patrimonio ferroviario.
1 Historiador, [email protected]
2 Rahola, E. (1998). Recuperación y uso del patrimonio industrial. Ábaco, (19), 11-18. Consultado en: http://www.jstor.org/stable/20796398
3 ado en: https://museoferrocarrilesmexicanos.gob.mx/historia