PROGRESO, Yucatán, 21 de agosto.- Para ser bombero se necesitan más que leer unos cuantos libros y aprender unos conocimientos técnicos, tienes que tener el corazón de un león y la valentía de un guerrero.
Así lo revelaron los Bomberos de la Base Pescador de este puerto, donde cada uno tiene una historia que contar, una experiencia para compartir y amigos que recordar.
Al celebrarse este 22 de agosto el Día del Bombero, el encargado de la Base, Jorge Efraín Can Uc, comparte que la experiencia más conmovedora que ha pasado en sus tres décadas de bombero es sin duda la explosión del ducto de Pemex en la carretera Mérida-Progreso. “Fue algo impactante, se aplicó la valentía del guerrero, tomando en cuenta que es la primera vez que vivimos algo en Yucatán de esta magnitud, creo que no solo para mi, es algo que aprendimos en esta carrera como bomberos”.
Luis Ruiz Monreal, bombero con 20 años de servicio, menciona que la granada que les arrojaron a la Base Pescador ha sido una de las experiencias más duras que sucedieron.
“Eran alrededor de las 4:00 horas, estaba en la radio, una camioneta pasó frente a la base y nos arrojó la granada, desde luego vino mi asombro, pensé que un trasformador había estallado, pero al hacerse un hueco en el techo hizo que fuera con mis compañeros”, recordó.
Dimos aviso a central, continuó, salimos y encontramos los tinacos rotos y las esquirlas pegadas a la pared esa es una experiencia que al menos vivimos para contarla y siempre la recordamos mis compañeros que aún estamos en esta base.
Daniel Hernández Sánchez, con 21 años de servicio, quien también vivió el atentado a la Base Pescador, revela que un día realizaba un rescate en una volcadura vial, una fémina quedó atrapada entre el vehículo, pero como necesitaban una sábana para romper el cristal, le dijeron que la iban a cubrir.
“En eso llegó su mama y se fue contra nosotros del impacto, al pensar que su hija había fallecido se arrojó sobre mí en medio de su desesperación, pero un compañero la calmó y al ver que rescatamos a su hija me pidió mil disculpas y me dio su agradecimiento”, mencionó.
Irán Chapuz Pérez, bombero de 21 años, dijo: “La gente de Progreso es muy agradecida, a veces cuando voy a comprar las tortillas una señora se me queda viendo y me agradece que un día la auxilié en un accidente carretero en la Ciénega”, subrayó.
“En el día del bombero algunos nos vienen a visitar y nos traen un pastel o algún presente, antes los Alcaldes en turno nos ofrecían un desayuno y un recuerdo”, aseguraron.
Esto acabo hace tres años, pero lo importante es recordar que son bomberos, servidores públicos que están al servicio de la población para rescatar animales, exterminar abejas, fugas de gas en casa, todo lo que la ciudadanía los requiera, es parte de su trabajo y sienten satisfacción del deber cumplido.
(Julio Jiménez Mendoza)
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