El noventa por ciento de los fotógrafos que laboran en la actualidad son simples “aprieta botones” y cada vez van a ser más debido al avance de la tecnología digital que acabó con el sistema de revelado de fotografías, opinó ayer Alfio Ariel Cortazar Ríos, que trabajó en ese ramo durante más de 60 años.
El fotógrafo nos recibió ayer en su pequeño negocio, donde nos comentó cómo se inició en el mundo de la fotografía cuando tenía unos 15 o 16 años de edad.
Recordó que fue en Foto Gaspar, de Gaspar Serrano, que estuvo en la calle 62, donde estuvo la Federal número uno y posteriormente Fotolandia, que luego se llamó GAF, donde comenzó lavando las fotografías.
Dijo que fue un amigo quien lo llevó a laborar en ese negocio, donde prendió a preparar los químicos que se requieren para revelar las fotos, hasta que en cierta ocasión le permitieron tomar fotos en uno de los tantos bailes populares a los que acudía; posteriormente los interesados iban al estudio a recogerlas.
Al poco tiempo lo enviaron al Centenario a tomar fotografías a las personas que llevaban a sus hijos y los montaban sobre el Leoncito que está frente al área donde inician las jaulas de los animales; sus primeras fotos salían movidas o con la cabeza cortada de las personas fotografiadas hasta que le buscó el modo.
Después estuvo tomando fotos en todos los bailes del Carnaval; asimismo dijo que trabajó para el Diario de la Tarde, con José Martínez Novelo.
Mencionó que se independizó cuando cerró el estudio GAF, pues en vez de liquidación le entregaron varias cámaras y material de fotografía, con los que entonces se dedicó a la venta de fotos tamaño postal que costaban dos por 1.50 pesos y las promovía en un local que estableció en la calle 65; allí se colocaban las fotos sobre una mesa y las personas que iban escogían las que más les gustaba, las pagaban y al día siguiente iban a recogerlas y se las entregaban en sobres de papel.
El entrevistado dijo que en lo económico, la fotografía le permitió sostener a su familia y lograr que sus hijos estudiaran y fueran unos profesionistas, así como construir su casa.
Finalmente recordó que fue el primero en llevar la fotografía a Cozumel, donde no había fotógrafo, excepto un soldado, pero que solo fotografiaba lo que le encargaban.
(Víctor Lara Martínez)