TEKIT, Yucatán, 25 de septiembre.- La falta de precipitaciones oportunas en el campo está propiciando una notable pérdida de la siembra de maíz y otros cultivos en varias zonas de la comunidad, lo que ofrece un panorama incierto para los labriegos.
“La lluvia no llegó en su momento, ahora aunque caiga no ayudará en mucho, ya que las espigas se están secando; no se logrará ni la mitad de la cosecha”, lamentó el señor Julio Suárez Pacheco, de 72 años.
Como todos los días, el campesino se encontraba en su milpa, ubicada a orillas de la carretera federal Mérida-Chetumal, realizando labores de limpieza con la esperanza de rescatar un poco de la hectárea del grano de maíz que sembró a finales del mes de mayo.
“Estos últimos días sí ha estado cayendo la lluvia fuerte, pero para los que sembramos en las primeras lluvias, ya es demasiado tarde. Los tiempos han cambiado mucho, antes se rescataba más de la mitad, pero este año lo dudo”, sentenció.
El septuagenario reconoció que se avecinan tiempos difíciles para el campo y los agricultores. “Ahora sólo es trabajar y trabajar sin saber cómo te irá en la siembra. Así es esto”.
Además de la pérdida en el cultivo del grano, la falta de lluvia afectó la siembra de sandía. “Todo lo que sembré ya murió, no hubo cosecha de sandía. Ya hasta había hecho una casita para cuidar a fin de que no me la roben, pero qué me van a robar si no hay nada”, expresó.
Indudablemente los tiempos han cambiado y eso se observa con la lluvia, que no cayó en todas partes, como por ejemplo en el área norte de Tekit (camino a Ochil), donde llovió de forma constante; en contraste a los que sembraron en la zona sur de la villa, donde pegó fuerte el sol.
Como vemos, los campesinos que sembraron con las primeras lluvias están resintiendo los estragos de la falta de precipitación pluvial en su momento, pero para aquellos que sembraron en junio y julio, la lluvia representa una bonanza.
(Carlos Ek Uc)