Pilar Faller Menéndez
Hace casi 900 años el Papa Honorio II durante el Concilio de Troyes, aprobó oficialmente la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón, llamada también la Orden del Temple, cuyos miembros fueron conocidos como los Caballeros Templarios. Esta orden se fundó en el año 1118 y fue encabezada por el francés Hughes Payens después de la primera cruzada, y tenía como misión la de proteger y salvaguardar a los peregrinos cristianos que iban a la Tierra Santa en la época de las Cruzadas. La Orden también fue reconocida por el patriarca latino de Jerusalén, Garmond de Picquigny.
Debido a sus estrictas reglas, al principio esta orden contaba con solamente nueve miembros, los cuales pertenecían a la nobleza, y debían tomar los votos de pobreza, castidad y obediencia. Fue a partir del año de 1127 que esta orden fue aumentando en número e influencia.
El distintivo de los Caballeros Templarios era un manto blando con una cruz Los caballeros templarios tenían como distintivo un manto blanco y una cruz paté roja dibujada en él. La cruz paté es aquella cuyos brazos se estrechan al llegar al centro y se ensanchan en los extremos. El Papa Eugenio III en el año de 1147 les concedió el derecho de llevar la cruz permanentemente ya que ésta simbolizaba la sangre vertida por Cristo, y al mismo tiempo la vida. Esta cruz la llevaban en la parte izquierda de su manto, a la altura del hombro izquierdo, encima del corazón.
En cuestiones militares, los Caballeros Templarios contaban con las unidades mejor entrenadas que tuvieron participación en las cruzadas. Los miembros que no combatían en ellas, eran los que gestionaban los recursos para la manutención de la orden mediante una compleja estructura, llegando a crear técnicas financieras parecidas a las de un banco moderno. Los recursos también fueron utilizados para edificar una serie de fuertes por todo el mar Mediterráneo y en Tierra Santa.
Cuando por fin terminaron las Cruzadas, cuyo mérito se vincula a esta Orden, y con la pérdida de la Tierra Santa, se perdieron los apoyos económicos que tenían. También hubo rumores que se generaron en torno a las ceremonias de iniciación que se practicaban para poder pertenecer al santo ejército, lo que empezó a crear cierta desconfianza, a lo que debe añadirse que Felipe IV se encontraba endeudado con la Orden, y le atemorizaba el poder que tenían, por lo que comenzó a presionar al Papa Clemente V para que tomara medidas al respecto.
Cuando finalmente terminaron las Cruzadas en el siglo XIV, que la Orden del Temple se había vuelto rica en extremo, por lo el Papa Clemente V que en 1307, el rey Felipe IV de Francia y el Papa Clemente V tuvieron que unirse para derrotarlos al igual que a su líder Jaques Molay. Los Caballeros Templarios, quienes fueron una vez el ejército de Dios, fueron acusados de herejes y adorar a satán, por lo que fueron torturados y quemados en una hoguera, y cinco años después la orden fue disuelta por el Papa Clemente V. Esta Orden sirvió a la Iglesia católica durante casi 190 años. La desaparición abrupta de esta Orden, creó muchas leyendas y especulaciones que hoy en día continúan al nombrase a los Caballeros Templarios, el ejército de Dios.