Progreso, ayer y hoy
PROGRESO, Yucatán, 24 de enero.- Por cerca de un siglo, nuestro puerto fue el único punto de entrada y salida de la gente que viajaba hacia esta península, y desde luego se usó mucho el barco, desde los pailebotes y goletas hasta los trasatlánticos de la Ward Line que comunicaban Progreso con puertos de los Estados Unidos, Europa, La Habana y otros puntos del Caribe.
Por esa razón, cuando comenzó a operar la aviación en los años 20, como otra comunicación con el Estado, se trató de poner en este lugar el primer aeropuerto para mayor seguridad porque teníamos enfrente el mar y también se trató de usar el canal de la ciénaga para los hidroaviones.
Sin embargo, al transporte aéreo con Yucatán fue establecido en Mérida y Progreso, sirvió sólo con su movimiento marítimo.
Y hablando de los primeros pobladores que llegaron a este puerto, se encontraban muchos migrantes de distintas nacionalidades que salían de sus patrias en busca de oportunidades de trabajo, y fue así como llegaron a este lugar, en su mayoría cubanos, españoles, norteamericanos beliceños, chinos, sirio libaneses, italianos, y entre otras nacionalidades que, dentro del trabajo que buscaban, fundaron distintos negocios, como tiendas para abastecer a la población, talleres, fabricantes de artículos artesanales, cantinas, fábricas de licores, lavanderías, varaderos, además de reparar y construir barcos, y no pocos estableciendo servicios en la zona marítima y en la ciudad, con cuyo trabajo fortalecieron los servicios en el nuevo puerto, y no hay que olvidar que maestros cubanos dieron rumbo a la educación.
El pobre necesita casita aunque sea de lona
En nuestros país, y se refleja muy acentuadamente en este puerto y en otros rincones de Yucatán, al grado que aquí en el puerto el lodo de la ciénaga, siempre es ocupado por chocitas casi entre el lodo que construyen las familias pobres que no tienen para pagar una renta en lo más bajo de 30 o 40 pesos mensuales.
Un programa para los pobres que no tienen la dicha de cubrirse con un techito, y son los que colocan madera y trapo en el lodo para vivir y resistir los malos tiempos y por lo menos lo que se podría hacer por ellos en sitios sólidos y en donde podrían tener su casita es instituir un programa, aunque sea casitas, como la muestra con techos de lonas y el material de bajo costo, como se hacían antes para aquellas familias, en los rincones más alejados de la ciudad levantaban aquellas recordadas chozas de paja.
De antes, visitar las zonas arqueológicas no costaba nada
En estos tiempos todo cuesta para obtener recursos, pero antes, si usted lo quiere saber, se puede decir que hasta una diversión tenía un precio muy bajo y no costaba nada.
Cuando una persona deseaba satisfacer su deseo de un entretenimiento o mejorar sus conocimientos sólo tenía que aprovechar el momento de una ocasión, en que se ofrecía por ejemplo un paseo a las viejas zonas arqueológicas mayas, cuando por ejemplo habían oportunidades de invitaciones gratis, principalmente en las excursiones que realizaban las sociedades recreativas, las agrupaciones obreras y las instituciones que tenían programadas darle al pueblo ciertos eventos para darle y animarle el ambiente a la sociedad, al fin de aprovechar oportunidades de divertirse.
En esta forma, como sólo se podía salir a través del ferrocarril cuando alguna institución anunciaba excursiones a las zonas arqueológicas, así pudimos tener la oportunidad de conocer Chichén Itzá y Uxmal, así como también sitios que tenían y siguen teniendo muchos atractivos como Tizimín, Valladolid, las antiguas poblaciones del Sur del Estado, Campeche, etc.
El uso de tus facultades
¿Por qué comes?, ¿por qué hablas?, ¿por qué oyes?, ¿por qué ves? Comes para vivir, no para satisfacer los antojos de un paladar caprichoso: por tanto, come para vivir y no vivas para comer.
El don de la palabra se te ha dado con un fin muy hermoso el de pronunciar palabras nobles vulgares y profanas. Tú oyes para estar en condiciones de apreciar la armonía más hermosa que contiene el universo, la música, la brisa, el canto de los pájaros, la enseñanza oral de Dios; por tanto oye esto y no lo que está bajo lo vil.
Tú ves para poder apreciar la obra del Maestro que ha creado la belleza de los bosques y de los campos, la armonía del cielo y de las olas, la combinación de la noche y el día, con ese privilegio glorioso, no ves aquello que pueda ofender al Creador.
“No malgastes tu tiempo negligentemente, ni fomentes el deseo de los placeres de los sentidos”.
El recuerdo de los circos
En París hay una larga tradición circense, como en Italia, cuando se piensa en Fellini y “8 ½”. El circo es un pequeño mundo que se mueve de una ciudad a otra y cambia la ciudad a la que llega.
En Progreso, Yucatán
Por acá también tiene gran tradición y popularidad el espectáculo cincense de hace más de un siglo y medio.
Se recuerdan carpas famosa como el O’rin, Beas Modelo, Atayde, Unión, Hermanos Gasca y otros muy famosos, tanto nacionales como internacionales, y todavía están en la memoria los circos “Cubano Santos y Artigas”, y el español “Iberia”, que causaron gran sensación cuando hicieron su temporada, el primero con su enorme león, sus elefantes y acróbatas.
Los escenarios que usaron fueron el Circo Teatro Yucateco y la plaza de toros en nuestra capital y los parques Juárez, Morelos, Hidalgo de este puerto.
Sin embargo, no obstante de que ya no traen animales, sus payasos, acróbatas, equilibristas, alambristas, pulsadores y bailarines, nos deleitan para no perder la costumbre de ir a gozar con el elenco de las carpitas, pues en este puerto el cirquito yucateco de la familia Meza se puede decir que casi todo el tiempo está en las colonias deleitando al público, supliendo a los teatros que, como hemos informado, desaparecieron en esta localidad.
(R. B. F.)