Rolando Bello Paredes
Bocadillos
LLa “Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros” (sic) –una de las leyes secundarias de la (contra) reforma educativa de la 4T– norma los procesos de selección para la promoción del personal que ejerza la función docente, directiva o de supervisión, entre otro de sus objetos.
Otorga a la SEP la disposición centralizadora de emitir las disposiciones bajo los cuales se desarrollarán los procesos de selección para la promoción (así como para la admisión y reconocimiento), los cuales tomarán en cuenta los contextos regionales del servicio educativo y considerarán la valoración de los conocimientos, aptitudes y experiencia de las maestras y los maestros.
La autoridad educativa estatal convocará a dichos procesos, “de conformidad con las disposiciones que determine la SEP”.
La ley contempla dos vertientes: a). La promoción a la función directiva o de supervisión es un movimiento vertical, que consiste en el ascenso a una categoría, puesto o cargo de mayor responsabilidad, acceso a otro nivel de ingresos y el cambio de función –a ésta se dedican las siguientes líneas. b). La promoción en el servicio es un movimiento horizontal, que da acceso a un nivel de incentivo, sin que implique un cambio de funciones.
La “Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros” (sic) –organismo administrativo desconcentrado de la SEP– regulará el proceso de promoción, que sería “público, transparente, equitativo, imparcial y basado en el mérito”. Los lineamientos obligatorios para todos serían emitidos por dicha Unidad.
La promoción se llevaría a cabo “mediante procesos anuales de selección”, con sujeción, entre otros, a los siguientes términos y criterios:
1. Para participar en la promoción: a). El personal que realice “función docente con una experiencia mínima de cuatro años con nombramiento definitivo”, participaría en la “selección a la categoría inmediata superior”. b). El personal directivo o de supervisión que ejerza la función, cuente con experiencia mínima de cinco años en la gestión directiva, participaría en la “selección a la categoría inmediata superior del puesto que ostente”.
2. Las autoridades educativas estatales, “previa autorización de la SEP”, emitirían las convocatorias correspondientes, que “responderán a los contextos regionales de la prestación del servicio educativo”.
3. Textual: La SEP “celebrará un proceso público en el que pondrá a disposición de las autoridades educativas de las entidades federativas y de las representaciones sindicales, en una mesa tripartita en cada uno de los Estados y la Ciudad de México, para su participación y garantía en el respeto de los derechos de los trabajadores, los resultados de la valoración de los elementos multifactoriales”, que servirían para la selección del personal.
4. Los elementos multifactoriales, son: a). Un sistema que permita apreciar los conocimientos y aptitudes necesarios del aspirante para lograr el desarrollo y máximo logro de aprendizaje de los educandos; b). La antigüedad en el servicio; c). La experiencia y tiempo de trabajo en zonas de marginación, pobreza y descomposición social, y, d). El reconocimiento al buen desempeño por la comunidad educativa, con la participación de madres y padres de familia (sic) o tutores, alumnos y compañeros de trabajo.
5. El personal que obtenga una promoción, estaría obligado a participar en “programas de habilidades directivas”, que determine la autoridad educativa estatal.
6. El nombramiento definitivo se otorgaría “después de haber desempeñado la función seis meses y un día, sin nota desfavorable en su expediente fundada y motivada”.
Como se observa, la 4T canceló los concursos de oposición con base a méritos profesionales y personales, para optar por “procesos de selección”, indeterminados por la ley, y por un enigmático, hasta hoy, “sistema de apreciación de conocimientos y aptitudes” del profesorado.
Si esto es así, entonces se vuelve, de alguna manera, al escalafón, ya que un docente no podría aspirar de inmediato a ser supervisor o inspector, por ejemplo, ya que tendría que ir escalando categoría por categoría, como dispone la ley; es decir, primero tendría que ser subdirector, luego director y finalmente, supervisor. Con la Reforma Educativa de 2013 no eran así las cosas.
En el presente curso escolar 2019-2020, la Secretaría de Educación del estado (Segey) convocó a dos concursos para cargos de supervisión y dirección, en educación básica. Ofertó una plaza de supervisión y 66 de dirección.
Con otras reglas, la Segey llevó a cabo, durante la administración pública estatal 2012-2018, sendos concursos de oposición para la promoción a cargos directivos. En tres ciclos lectivos (2015-2016, 2016-2017 y 2017-2018), se promovió a un total de 530 profesores, que ascendieron a plazas directivas: 69 de supervisor, 391 de director, y 70 de subdirector. Todos las lograron con base a sus méritos profesionales y personales.
Recursos federales. En el portal de la Secretaría de Educación del estado (Segey) existe un apartado denominado “Rendición de Cuentas” (visitado el 22 octubre 201). Entre otros informes se encuentra el relativo a los “Programas federales. Ejercicio fiscal 2018”.
Resulta que la Segey ejecutó siete programas educativos: 1. Escuelas de Tiempo Completo; 2. Nacional de Inglés; 3. Inclusión y Equidad Educativa; 4. Desarrollo Profesional Docente; 5. Nacional de Convivencia Escolar; 6. Fortalecimiento a la Calidad Educativa; y, 7. Expansión a la Educación Inicial.
Y para sorpresa del lector, la Segey no ejerció todos los recursos federales y tuvo que reintegrarlos. Es decir, ¿no logró ejercerlos en tiempo y forma? Según el informe, reintegró la suma de 5 millones 783 mil 869 pesos.
El Programa de “Expansión a la Educación Inicial” reintegró la mayor cantidad: 2 millones 168 mil 203 pesos; y el que menos, el Desarrollo Profesional Docente”: 65 mil 120 pesos.
El anterior lunes 21, el Ejecutivo se dolió de la probable falta de recursos federales para el ejercicio fiscal de 2010: “Ante los recortes presupuestales de la Federación, estamos contemplando, y seguramente lo haremos, seguir reduciendo el aparato administrativo, es decir, podrían fusionarse algunas dependencias e incluso desaparecer algunas, ¿hasta dónde? Hasta donde se pueda” (POR ESTO! 22 octubre 2019).
Tiene razón de estar preocupado, pero también debería ocuparse porque la dependencia educativa, la Segey, ejerza a cabalidad los recursos federales que envía la propia federación, vía programas educativos.
La Segey, así las cosas, debe a la sociedad un informe que explique la “reintegración” por más de 5 millones de pesos, de acuerdo con su propio reporte de “Rendición de Cuentas. Este está incompleto, pues.
Sistema educativo nacional. Conforme a la nueva Ley General de Educación, ahora está constituido de la siguiente manera: “I. Los educandos; II. Las maestras y los maestros (sic); III. Las madres y padres de familia (sic) o tutores, así como a sus asociaciones; IV. Las autoridades educativas; V. Las autoridades escolares; VI. Las personas que tengan relación laboral con las autoridades educativas en la prestación del servicio público de educación;
VII. Las instituciones educativas del Estado y sus organismos descentralizados, los Sistemas y subsistemas establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la presente Ley y demás disposiciones aplicables en materia educativa; VIII. Las instituciones de los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios; IX. Las instituciones de educación superior a las que la ley otorga autonomía;
X. Los planes y programas de estudio; XI. Los muebles e inmuebles, servicios o instalaciones destinados a la prestación del servicio público de educación; XII. Los Consejos de Participación Escolar o sus equivalentes creados conforme a esta Ley; XIII. Los Comités Escolares de Administración Participativa; y, XIV. Todos los actores que participen en la prestación del servicio público de educación”.
Tardeada dominical. En la novela de Curzio Malaparte, “Kaputt”, y con motivo del próximo Día de Muertos:
- “Los muertos son despiadados, tercos, feroces. Los muertos son estúpidos. Caprichosos y vanidosos como los niños y las mujeres. Los muertos están locos”.
- “Los muertos son celosos y vengativos. No tienen miedo de nadie, no le temen a nada, ni a los golpes, ni a las heridas ni a la superioridad numérica del enemigo. No le temen siquiera a la muerte”.
- “Luchan con uñas y dientes, en silencio, no dan ni un paso atrás, no sueltan la presa, no huyen jamás. Luchan hasta el final, con un valor frío y tenaz, riéndose con sarcasmo, pálidos y mudos, con los ojos muy abiertos, desorbitados, con esos ojos de loco que tienen los muertos”.