Cuando el Señor te quiere, te sigue, te persigue y te consigue. Como le pasó a Jonás. Como les ha pasado a algunos que antes de llegar al sacerdocio pasan por otra experiencia, pasan, por ejemplo, por una carrera universitaria, pero cuando Dios te sigue, te persigue y te consigue.
Eso dijo ayer el Arzobispo Gustavo Rodríguez Vega en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima durante la misa de acción de gracias por el 50 aniversario sacerdotal del padre José Elpidio González Sosa y los 48 de los padres Felipe Aké y Pech y Lucio Cetina Góngora, así como los 28 de Antonio Tamayo Loeza, los 33 de Alejo Huchim Kumul y el Obispo Auxiliar Pedro Mena Díaz, y los 30 de Rafael Pat (quien no estuvo presente).
Ante muchos fieles y familiares, y acompañado como concelebrantes del Arzobispo Emérito, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, y los demás festejados, Rodríguez Vega añadió:
–Así se cumple finalmente la voluntad de Dios, como la tuvo que cumplir Jonás, porque se dio cuenta de que Dios lo amaba y lo elegía a él, no a otro. Así también nosotros nos damos cuenta de que nos eligió y no porque seamos los mejores, simplemente porque Él nos elige y es un signo de amor que queremos corresponderle a nuestro Señor.
Amarás al Señor tu Dios. Un sacerdote es un hombre que ha descubierto el amor de Dios, que ha experimentado el amor de Dios en este llamado que le hace y que le ha querido corresponder amándolo con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, con todas las fuerzas. Si dejamos de amar a Dios, algo que se expresa sobre todo en la oración personal y en los sacramentos celebrados con mucha devoción, pierde sentido nuestra profesión sacerdotal. Perdemos el rumbo.
Amar al prójimo
Pero el Señor no solamente nos manda a amarlo a Él, sino también a amar al prójimo como a nosotros mismos. Y allí está toda esa parábola del buen samaritano. El sacerdote debe ser la persona más comprometida, más sensible ante los pobres y necesitados.
Y también quien más lidera al pueblo de Dios para atender a ese pobre necesitado. Ama a Cristo cabeza, pero también ama a Cristo cuerpo de la Iglesia, y dentro de la Iglesia, madre amorosa, a los más pequeños y a los más necesitados. Al principio vieron ustedes que tardamos para encontrar las oraciones del aniversario sacerdotal. Estaba puesta la misa de hoy de Nuestra Señora del Rosario. Lo comento para que tengamos en cuenta que hoy es misa del Seminario, fiesta patronal, que oremos como dije al principio por nuestros seminaristas y por el equipo formador del Seminario.
64 muchachos inician
El corazón de nuestra Iglesia late ahí en el Seminario. Es importante que nos preocupemos por nuestro Seminario. Darle gracias a Dios porque hubo un primer encuentro de los jóvenes con inquietud vocacional, y se reunieron 64 muchachos para este inicio del proceso. Aunque no lleguen todos, pero por lo menos unos 60 sería bueno. Dios nos lo conceda. Y siendo fiesta de Nuestra Señora del Rosario, tener en cuenta de que no hay buena vocación sacerdotal si no es acompañada de la Santísima Virgen María, y que precisamente el rosario es un instrumento maravilloso, adecuado, para fortalecer nuestra vocación y para seguir adelante. María ha estado presente en la vida de cada uno de estos sacerdotes y los ha acompañado hasta este momento, y está dispuesta a continuar acompañándolos como nos acompaña a cada uno de nosotros. Encomendemos a María a nuestros sacerdotes –concluyó.
(Roberto López Méndez)