Dos mujeres y dos caballeros fueron los responsables de presentar, en el marco de la FILEY 2019, los tomos correspondientes a la actualización de la Enciclopedia Yucatanense. Ellas: Georgina Rosado y Alicia Canto Alcocer. Ellos: Enrique Martín y Faulo Sánchez.
Inició la comunicación con los asistentes Georgina Rosado, quien nada tardada preguntó que ¿para qué sirve la actualización?, ¿será útil a los sujetos de los que se habla, a los mayas? Mi respuesta es afirmativa, dijo: es una cultura viva, los actuales no son mayas de museo, es la misma etnia que ha tenido continuación y rupturas, pero ahí está, pese a los intentos de aniquilarla.
La Enciclopedia da luz. Y como ella nunca habla con tapujos, sugirió que magistrados, jueces, políticos y toda la esfera del poder deberían aprenderla de memoria para desarrollar capacidad de entender a la sociedad desvinculada a ellos. Todos sonreímos de manera aprobatoria.
Tocó turno a Martín Briceño, quien fiel a sí mismo, aportó datos históricos y nos leyó una larga lista de colaboradores en esa tarea.
La antropóloga Alicia Canto Alcocer celebró la emergencia de temáticas novedosas en la actualización de la obra. Y nos dio una amplia visión de la lectura que hizo a los dos tomos que le correspondió leer.
Faulo Sánchez Novelo, responsable general de todo ese monumental trabajo, no se avocó al contenido de la Enciclopedia, se dedicó a informarnos de los aspectos laborales, organizativos, de quiénes no le entraron al bulto y de las áreas que no se actualizaron, como la danza. Narró cómo surgió la iniciativa y ella recayó en familiares del exgobernador Rolando Zapata Bello. “Está aquí presente uno de ellos, Rolando Zapata”. Reveló que la primera reedición fue embodegada, se pudrió y se perdió para siempre. “Tenía el temor que pasara algo similar con la actual, afortunadamente no ha sido así”.
Fue muy larga la lista de personas a las que brindó gratitud y propuso que, de acuerdo con los tiempos, la obra temática sobre Yucatán se actualizara cada cinco o diez años.
Me había olvidado de la lectura del currículum antes de cada intervención. A todas las presentaciones de libros que he asistido este año en la FILEY, no se había dado lectura al perfil profesional de nadie. Hasta pensé que era una novedad.
Resulta que ahora tuvimos que escuchar de nueva cuenta de dónde han surgido y qué han hecho los ponentes. ¿Es necesario ello, si todos los que asistimos a esa presentación conocemos a los expositores? A mí, me parece innecesario.
(Víctor Salas)