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PROGRESO, Yucatán, 20 de marzo.- Con los trabajos de rehabilitación de la calle 23, entre 80 y 78, se están levantando los últimos vestigios de la red ferroviaria que existía dentro del puerto, la cual ayudó a impulsar la economía en su momento.

Con esto se está cerrando un capítulo del glorioso pasado que se vivió en el puerto de Progreso, durante el uso de los trenes que bajaban y llevaban mercancía a todo el mundo.

Pero conforme todo se fue modernizando, la utilización de los trenes para las actividades económicas quedó en desuso, dando paso a los camiones y tráileres, con más caminos y carreteras modernas.

Los rieles, que abarcaron un amplio sector dentro del primer cuadro de la ciudad, se dejaron de usar y poco a poco fueron cubiertos con capas y capas de asfalto, hasta prácticamente desaparecer.

En esta ocasión, en los trabajos de embellecimiento del primer cuadro de la ciudad, al levantar las capas antes descritas aparecieron unos rieles que abarcan más de 100 metros.

Los trabajadores de la misma constructora a cargo los levantaron y fueron cortando con soplete, para llevarlos y tal vez venderlos como chatarra.

Según datos recopilados, esta calle, que se volverá andador peatonal, era antes la zona de estacionamiento de los vagones de carga, pues, como ya se dijo, era una red que se interconectaba. El tren dejó de transitar hace más de 40 años.

Esta calle se volvió un baldío y se llamó tristemente, en cierto momento, “el callejón de la mugre”, por una cantina ubicada en la zona, y era un área perteneciente a Ferrocarriles.

Así que el puerto de Progreso tiene una historia muy bonita, que debe ser recordada y sobre todo preservada.

(Alfredo Canto May)

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