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Yucatán

'Picarle”: apurarse, correr, apresurarse

Por  Roldán Peniche Barrera

Yucatán Insólito

El verbo “picar” o “picarle” en Yucatán se usa como interjección para exigirle a alguien apresurar el paso o apurarse por algún motivo.

No lo registra el diccionario de Ramos y Duarte de 1898. Tampoco el DRAE ni nuestros diccionarios regionales como los del Dr. Güémez y de Rodríguez Cimé.

El único que lo hace es Santamaría:

PICARLE. fr. fig. fam. Apresurar el paso; darse prisa. PICALE, se dice en sentido ejerjectivo para excitar a uno a que camine, apresure el paso o acelere la velocidad.

No aseguraríamos que se trate de un yucatequismo pues nos parece haberlo escuchado en el cinematógrafo en películas mexicanas principalmente del hampa o rancheras, mas ha sentado sus reales en nuestra península desde hace algún tiempo y es común oírselo a los jóvenes, especialmente los adolescentes cuando tienen prisa por llegar a un baile o a alguna fiesta rave, o, si se quiere, a cierto sitio de su interés. Pero esto no obsta para que también los adultos lo practiquen. Veamos un ejemplo:

-Oiga, don Sera -dice Pito, chofer del Dr. Peniche al entrar a la tienda.

-Sí, dime, Pitón ¿quieres desayunar?

-No no, don Sera ¡si ya desayuné unos motuleños de Motul!

-Entonces ¿a qué has venido, hijoe’lax’tós…?

-Sólo a recordarle que hoy es viernes, Noche de la Risa en el Cine Novedades.

-¡Oye, de veras! ¡Y ya son casi las ocho, satahol!

-¡Claro, viejo! Vamos a llegar tarde…

-Requetetarde…! ¡Ya vámonos! ¡Pícale! ¡Pícale!

Jeet’s Muuk’ Yaj! (Concluye)

E. Marby Yerves Ceballos

Decidido golpeó a la puerta y salió un hombre maduro, fuerte y de mirada penetrante que le dijo:

-Sé a lo que vienes, he recibido aviso de los espíritus. ¡Vamos!, muéstrame el camino.

Emprendieron el retorno y ya en la casa del hombre mandó salir a todos con excepción de H-Bon, a quien le explicó.

-Tu tío era un apasionado del jeet’s muuk’ yaj, muchas veces lo hizo sin plena justificación. Ahora él lo necesita, y si no hubiera quien se lo hiciera su agonía sería eterna.

Uniendo sus palabras a la acción, puso al enfermo en el suelo boca arriba y lo montó, acomodando el codo izquierdo sobre su estómago, lo hundió con todas sus fuerzas hasta que H-Lol, con leve gemido, dio el último suspiro. Eran las tres de la mañana, la única vela que alumbraba la estancia se apagó. El extraño desapareció. H-Bon se quedó dormido y en su sueño, sólo escuchaba el grito de la chachalaca que decía ¡jeet’s muuk’ yaj! ¡jeet’s muuk’ yaj! ¡jeets’s muuk’ yaj!

Palabras mayas utilizadas

en el cuento

Bojoncaj, nombre de pueblo; Kaua, nombre de pueblo; Chikindzonot, nombre de pueblo; Dzac-Xiu, nombre de pueblo; Yuumbil, Dios Todopoderoso; Jeet’s, dar fin, acabar, finiquitar, abrir; H-men, hechicero; Pujuy, pájaro tapacamino; Muuk’, fuerza; Yaj, dolor; Tuyub, apellido; Can, apellido; H-Lol, Lorenzo; H-Bon, Bonifacio; X-Chepa, Josefa; X-Linda, Hermelinda.

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