Yucatán

POR ESTO! XXVIII-2019: Un aprendizaje más

Ana María Aguiar

Cada aniversario de nuestro querido POR ESTO! significa un aprendizaje para mí. Las esperadas palabras de don Mario Renato han acabado por constituirse en parábolas “el que quiera entender que entienda”. El periodista José Martí, maestro de Nuestra América, era combativo, se atrevía a hablar y a manejar la pluma con arrojo, criticaba a quienes debía afear la conducta y sabía ensalzar a las personas que lo merecían como los héroes de la patria y otros personajes de quienes nos habla en sus revistas para niños “y para niñas también”. POR ESTO! es un medio combativo, presente en todos los acontecimientos que una sociedad puede vivir, padecer, disfrutar…Tanto en sucesos internacionales como en la vida de los pueblos grandes y pequeños; accidentes y desastres ecológicos, acontecimientos políticos y sociales. Las imágenes a color son muy atractivas: recorridos del arzobispo con su caduceo y su sombrero de peregrino, pirámides de naranjas dulces, “chinas”, gremios, ciudades llenas de turistas, “talentosas” jóvenes en el carnaval de Brasil.

Reconozco con cierta prevención que las imágenes de desastres me atraen, son impactantes: recuerdo una inundación con figuras de venados entre las aguas y los árboles caídos, y cuando se trata de incendios las combinaciones de colores son bellísimas, hermosas y coloridas. Dejé de sentirme malvada cuando leí que Orhan Pamuk describe en su extraordinario libro “Estambul” aquellos momentos de juventud en que un grupo de amigos solía reunirse a un extremo del Bósforo para contemplar los desastres que ocurrían siempre en esa parte del mundo: buques-tanque que se incendiaban, cruceros que se hundían, buques soviéticos que se estrellaban por accidente en las mansiones señoriales, y otros más.

En el periódico se le da voz a todas las religiones y no hay que olvidar que el día elegido para celebrar la fundación del periódico es el 21 de marzo, aniversario del nacimiento de don Benito Juárez, padre de la Ley sobre Libertad de Cultos, y, es justo ver que se respetan los cultos que los ciudadanos quieren profesar. Juárez es un personaje especial en la historia de nuestro país y de otros: Benito Mussolini recibió su nombre de pila porque su madre era maestra y admiraba al presidente Juárez de México. En una ocasión un amigo israelí nos envió una postal en la que se veía claramente un cañón y encima una paloma de la paz, con este comentario: “Si el vecino hubiera oído hablar de Juárez, respetaría el derecho ajeno”.

En el desayuno del 21 de marzo registré precisamente el comentario que hizo don Mario acerca de sus inicios en el periodismo con su abuelo. Ya sé que hablamos del periódico de la Dignidad, una cualidad que no abunda en el mundo, pero las palabras magnéticas de don Mario Renato me condujeron a una palabra mágica: “TRABAJO”. La vacaciones, infaliblemente, las pasaba trabajando en el periódico... aquí incluyo una anécdota que yo siempre he mencionado a mis amados nietos quienes todavía piensan que el dinero sale de una chequera o de un pedazo de plástico que metes a una maquinita y ¡listo! Te salen billetes.

Pues no. Hay que trabajar y así inició sus días en el periodismo el director de POR ESTO! Aún más, cuando llegó con su título universitario bajo el brazo pensó que le darían un despacho muy elegante, y, para nada, había que conocer el negocio desde abajo: mirar, limpiar, componer, recoger, sacudir, etc. La única manera de conocer todos los elementos y materiales en cualquier empresa, porque sólo así se conoce los vericuetos del negocio.

Siento especial afecto por esa anécdota porque en mi familia se procedía de manera semejante: en el negocio que un día fuera “Matías Aguiar y sucesores” iban papá, tíos y primos a las bodegas e instalaciones a limpiar, barrer, bajar toneladas de grano de los camiones, empacarlo, acomodarlo, vender, cobrar, etcétera, todo tipo de mercancías que se manejaban en Tizimín en esos tiempos. Fue un gran aprendizaje para todos. Hay que empezar desde abajo para llegar hasta la cima.

Repito que siempre aprendo algo en estos desayunos del 21 de marzo, y, además, aprovecho saludar a los amigos y admirados periodistas que llegan de La Habana para compartir este festejo en una especie de anfictionía. Hace un año o dos compartimos un día de fiesta en nuestro rancho con estos visitantes a los que no puedo llamar extranjeros, con guisos yucatecos como tortillitas saliendo del comal, cochinita y todo lo que saben guisar nuestras expertas cocineras yucatecas y, como colofón la visita al cenote.

El que trabaja su tierra /Tiene abundancia de pan.- Proverbios