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Yucatán

Concierto de órgano tubular en la Catedral de San Ildefonso

Es probable que muy poca gente pueda explicar y definir el porqué le gusta la música del órgano catedralicio. Mucha de ella quizá asocie ese gusto porque lo escucha durante determinadas misas.

Sin embargo, es interesante haber observado la variedad de personas que acudieron al concierto del jueves 25 de abril, a las ocho de la noche, en la Catedral de nuestra ciudad. Había personas muy jóvenes y poca gente mayor.

El órgano es un instrumento que solamente se escucha y no se ve, porque está colocado a espaldas del público, quien permanece ubicado de frente al altar mayor. Además, el instrumento citado está ubicado en las alturas.

Su sonido tiene una fuerza espacial. Probablemente definiría a ciertos astros del espacio sideral o porciones telúricas muy poco conocidas. En todos los casos, tiene poder de convocatoria. Así quedó demostrado en el concierto que he mencionado, donde la gente ocupó casi todas las bancas de la nave central de nuestra Santa Iglesia. Y así lo reconoció el organista Jorge Alberto Martínez Carranza, quien dijo que en otras partes del país no hay tanta gente que acuda a eventos de esta naturaleza. A decir de él, Mérida le gustó por eso y le pareció un buen lugar para realizar otros conciertos.

Martínez Carranza es organista titular del Santuario Guadalupano de Tepatitlán, Jalisco, para dominar ese inmenso instrumento, realizó otros estudios relacionados con la música, y dedicó mucho tiempo a la melomanía.

Luce joven y muy satisfecho con su decisión de haberse convertido en organista.

Él no conocía Mérida, e hizo el viaje hasta aquí pensando un tanto en el instrumento de marras y se sintió muy contento con su encuentro.

El órgano de nuestra catedral fue instalado en 1902. En 1915 se vio afectado por el uso inadecuado que se hizo del espacio catedralicio, pero fue reinstalado en 1938.

Es interesante haber escuchado que Mérida tiene solamente dos órganos, uno es el utilizado en el concierto y el otro se encuentra en la iglesia de Monjas, aunque es más pequeño.

Martínez Carranza interpretó solamente cinco piezas, todas ellas de Juan Sebastián Bach. Esas obras son de sobra conocidas y muy cercanas al sentir de los melómanos o de los fieles católicos.

La selección de obras no pudo ser mejor: 1) Jesús, Alegría de los Hombres; 2) Yo te invoco, Señor Jesús; 3) Fantasía en Sol Menor; 4) Fuga en Sol Menor, y la última fue la Tocata y Fuga en Re Menor.

No sería mala idea organizar y presentar una temporada de conciertos de órgano con organistas de distintas iglesias de nuestro país. Esta fue una idea vertida por Jorge Alberto y habría que tomarla en consideración.

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