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Nightingale, pionera de la enfermería profesional moderna

Por Pilar Faller Menéndez“Le debo mi éxito a esto: nunca di ni acepté una excusa”.- Florence Nightingale

Esta enfermera inglesa, nacida en Florencia en el año de 1820, fue la fundadora de los cuerpos modernos de las enfermeras, a fin de establecer una mejora significativa en la organización de los hospitales, ya que a mediados del siglo XIX, la atención que se brindaba a los enfermos en los hospitales de campaña era prácticamente nula, y las condiciones eran deplorables, ya que los enfermos se hallaban hacinados en un ambiente de insalubridad, motivo por el cual había numerosas defunciones.

Florence procedía de una familia adinerada, y renunció a una vida cómoda al sentir la vocación para trabajar como enfermera, lo cual pudo hacer realidad a los 24 años de edad, con la motivación que le impulsaban sus deseos de ser independiente, así como sus convicciones religiosas, que la impulsaron a salirse de los convencionalismos sociales de su época para recibir una formación profesional en la que pudiera ser de ayuda a los demás.

Alcanzó el puesto de supervisora de enfermeras en un hospital de caridad en Londres, en 1853, cargo que le permitió introducir innovaciones técnicas y organizacionales eficientes, con las cuales pudo cambiarse el concepto de enfermería que era básicamente un modelo basado en el sectarismo religioso y sentimientos caritativos, para sustituirlo por una asistencia sanitaria científica, la cual demandaba una formación rigurosa para formar parte del cuerpo de enfermería.

Su participación en organizar el servicio de enfermeras para los soldados británicos durante la Guerra de Crimea la hizo famosa, ya que a pesar de tener que enfrentarse a los prejuicios de los médicos militares, pudo conseguir mejoras sanitarias significativas, así como el trato que se brindaba a los soldados. Durante la noche ella visitaba a los heridos, lo que le valió el apodo de “la dama de la lámpara”.

Debido a su popularidad, y aprovechando ésta, al regresar a Inglaterra ejerció cierta influencia en los altos círculos, con lo cual logró el apoyo de la reina Victoria I. Publicó un detallado informe en 1858 titulado “Notas sobre la sanidad, la eficacia y la administración hospitalaria en el ejército británico” por medio del cual logró la reforma de la sanidad militar británica, y su modelo se extendió a la sanidad civil, reformas que llegaron hasta la India y motivó en 1860 a la creación de una escuela de enfermeras.

Sus contribuciones fueron reconocidas, por lo que en 1883 la reina Victoria le otorgó la Real Cruz Roja, y en 1907 se convirtió en la primera mujer en recibir la Orden al Mérito del Reino Unido. Por si esto fuera poco, al siguiente año, en 1908, le fueron otorgadas las Llaves de la Ciudad de Londres.

El juramento que efectúan los enfermeros al graduarse, es llamado “El juramento Nightingale”, y éste fue creado en su honor en 1893, al igual que la celebración del Día Internacional de la Enfermería, que se celebra el día de su cumpleaños.

Nightingale falleció a los 90 años, el 13 de agosto de 1910, mientras dormía, y sus familiares rechazaron el honor de que fuera sepultada en la Abadía de Westminster, por lo que fue sepultada en el cementerio de la iglesia de St. Margaret en East Wellow, Hampshire.

Es claro que en nuestros tiempos, ha cambiado el perfil de los profesionales de enfermería y el importante rol que juegan en la calidad de los centros hospitalarios, ya que a través de ellos, puede definirse la calidad de los mismos, así como las bases de un sistema moderno de servicio de salud.

El destacado rol que juega el personal de enfermería, los dota con la capacidad de poder brindar servicio a los enfermos, realizar campañas de prevención de enfermedades que aquejan a la sociedad, prolongar la vida a los seres humanos, y el más importante y humano: apoyar emocionalmente a los familiares en los momentos más difíciles de la vida intrahospitalaria.

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