VALLADOLID, Yucatán, 21 de junio.- Don Miguel Tun Osorio, a sus 78 años de vida cuenta algo de lo que ha visto del desarrollo de Valladolid, su ciudad natal, que indudablemente ha tenido cambios, así como de la lengua maya, de la cual él es investigador y se considera defensor de esta cultura.
Por ejemplo, cuando llegaba una visita a la casa, a los niños les hacían una señal para que no se queden a oír la conversación de los mayores, pero ahora, cuando te des cuenta ya hasta ellos están opinando de la conversación de la gente grande. Antes, cuando pasaba un ancianito y se le escapaba un gas la gente le decía: salud buen anciano; ahora le dicen una grosería.
En nuestra Valladolid había sólo 5 o 6 autos, pero ahora ya hay miles de vehículos que andan en la ciudad y déjate de eso, las motocicletas andan a grandes velocidades por eso hay muchos accidentes a diario. Ahora la mujer con su liberación femenil ha cambiado, ya que según ella puede hacer lo mismo que el hombre.
Por ejemplo en una convivencia en un bar dice la mujer: va ahí va mi tanda, o sea, la mujer puede invitar (antes era una ofensa para que el hombre sea invitado por una mujer).
En lo urbano ya hay muchas colonias, fraccionamientos y asentamientos de población; mi tierra ha crecido demasiado con muchos adelantos, pero también con ciertos problemas propios de una gran ciudad.
Respecto a la lengua maya que me gusta, ya que mis abuelos ese idioma hablaban, puedo decir que desde 1975 en que ya se aceptó que la maya es una lengua y que tiene derechos para que sea hablado y tenga la misma aceptación que el español, vemos con tristeza que todavía hay cierto desprecio, por decirlo de alguna manera, por eso muchos no hablan la lengua maya para que no los tachen de “indios”.
Esa es una de las principales causas que muchos incluso de los pueblos les de vergüenza de hablar su propia lengua para que no los traten de menos y es que la lengua maya es una de las que se puede decir que fue el modelo para que otros grupos de antaño hablasen sus dialectos y lenguas, sin embargo muchos no hablan la maya por temor a ser tachados de menos, aunque esto no debe de ser; todos somos iguales, sin importar la lengua que hablemos.
(Manuel Vázquez Rivero)