Pilar Faller Menéndez
La franja de Gaza, la constituye una estrecha banda de tierra que colinda con Israel por el Suroeste y por el Noreste con Egipto. Es un territorio palestino autogobernado por Hamás, una organización islámica palestina, considerada terrorista, que junto con Cisjordania conforman el Estado de Palestina. Desde el año de 1967 ha sido un territorio ocupado por Israel y sujeta a un bloqueo militar tanto por Israel como por Egipto.
Hoy en día, este territorio de tan sólo 360 kilómetros cuadrados?, acogió gran parte de la población Palestina que fue expulsada de su tierra en 1948, en donde actualmente viven 1,800,000 personas, por lo que es una de las zonas del mundo con mayor densidad de población: (aproximadamente 5 mil personas por kilómetro cuadrado).
Esta zona constantemente sufre de bombardeos, y hoy más que nunca se encuentra en un estado vulnerable, ya que podría quedarse sin alimentos el próximo mes de junio, según una alerta de la ONU, ya que su asistencia alimentaria carece de fondos y es necesario reunir la cantidad de 60 millones de dólares para su financiación, debido al bloqueo de Israel que ha llevado a los habitantes al borde de un colapso social.
Los colonos judíos robaron entre 1967 y 2005 gran parte de la tierra y agua de esta población, que ha quedado aislada desde mediados de la década de los noventa por un muro de alambre electrificado, y han sido víctimas por parte del gobierno israelí de la destrucción de la infraestructura, así como la tala de árboles y la destrucción de tierra cultivable.
El muro construido impide a su población circular con libertad a otras áreas geográficas y está estrictamente prohibido el acceso al resto de Palestina. Los tanques y aviones israelíes, financiados por el Estado español, destruyeron su aeropuerto, por lo que también se encuentran aislados por la vía aérea, y por la vía marítima, la armada israelí ha prohibido la navegación desde y hacia Gaza, y disparan a los pescadores, incautando sus embarcaciones, las cuales asaltan en aguas internacionales.
Egipto ha adoptado las mismas medidas de restricción que Israel y ha cerrado el paso de mercancías de Rafah, la ciudad fronteriza, así como el paso de personas, hacia ese país.
Los ataques de 2008 y 2009 del ejército israelí dieron cuenta de mil cuatrocientas vidas, destruyendo viviendas y edificios públicos, por lo que las Naciones Unidas condenó a Israel de cometer crímenes de guerra y contra la humanidad, en los cuales violó varios tratados de derecho internacional, pero como siempre, cualquier informe o demanda de esta organización cae en el olvido diplomático y político.
Haciendo caso omiso a los dictámenes internacionales, en 2012 y 2014 se produjeron nuevamente ataques indiscriminados, por lo que es posible afirmar que cualquier niño de Gaza que tenga más de siete años de edad, ya ha sufrido tres bombardeos, dejando el destino de este territorio en manos de la sociedad civil y las organizaciones internacionales ponerle un fin a los setenta años que lleva esta zona de la llamada “limpieza étnica en Palestina”.
Ilan Pappé, historiador israelí comentó: “Las iniciativas de paz han centrado sus esfuerzos pacificadores en la solución de la dimensión territorial del conflicto, olvidando completamente cuestiones fundamentales como la culpabilidad, la restitución de los derechos o la justicia”.
Solamente una seria y permanente presión de los gobiernos occidentales a Israel, podría enviarles el mensaje de que la estrategia de fuerza y opresión no son aceptadas, ni moral ni políticamente en el mundo, cosa que ellos saben perfectamente, por todo lo sufrido por el pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial.