A diferencia de la buena imagen que presentan los cementerios de la ciudad de Mérida, los panteones de las comisarías de Tahdzibichén y Dzoyaxché están en el abandono por parte del Ayuntamiento de Mérida.
Allí se pueden ver osamentas expuestas, sepulcros deteriorados, no hay andadores ni iluminación adecuada.
En Tahdzibichén, que tiene unos 700 habitantes aproximadamente, el panteón luce en deplorable estado; hay restos óseos que no han sido traspasados a los nuevos espacios, a pesar de que se construyeron para ese fin.
En el lugar al menos seis o siete sepulcros están derrumbados, hecho que ya fue reportado a Ayuntatel pero no se ha hecho nada para repararlos.
La calle de acceso al cementerio de Tahdzibchén deja mucho que desear lo mismo que muchas calles de la comisaría.
Los habitantes tienen que hacer gastos onerosos para trasladar y enterrar a sus familiares en cementerios lejanos a su comunidad, para lo cual tienen que desembolsar hasta cinco mil pesos.
En Dzoyaxché se observan similares condiciones de abandono del panteón, las bóvedas de varias tumbas ya se derrumbaron, los restos óseos están a la vista, no hay mantenimiento a pesar de que es un sitio turístico y de vez en cuando los visitantes acuden al cementerio a observar.
El cementerio de Dzoyaxché, aunque aún no está saturado, a simple vista requiere ampliación y mucho trabajo de limpieza y mantenimiento.
(José Manrique)