No llovió, hubo calor, mucho sol, pero quizá por ser fin de quincena, la playa del puerto de Progreso ayer estuvo más o menos, sin nada extraordinario que reseñar, es decir, todo normal.
Como señalaron en otra nota, sobre la Feria Municipal del Libro, hay numerosas familias que están pensando más en otro tipo de gastos que en ir a la playa, especialmente este fin de semana porque hasta el miércoles pagan la quincena.
De modo que el malecón de Progreso tuvo una regular afluencia, la carretera no se vio como en otras ocasiones y el día estuvo muy tranquilo. Hubo música, actividades en los dos malecones, gente en los restaurantes pero hasta allá.
Y ni embriagarse en la playa porque a las cinco de la tarde la Secretaría de Salud vigila que nadie más expenda alcohol y aunque es fácil hallar un expendio clandestino, no todos se toman esa molestia.
Hoy hay que trabajar y a la salida del puerto hay un operativo de alcoholímetro, que aun cuando se puede burlar, pues no muchos conocen las salidas.
De encima, los restauranteros se andan quejando de que la temporada no ha sido óptima, aunque el reportero sospecha que eso es una estrategia.
La presidenta de la delegación Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), Alejandra Pacheco Montero, informó que los dos primeros fines de semana de julio han sido regulares en cuanto a las ventas en restaurantes, tiendas de autoservicios y hoteles de la costa yucateca, “sin embargo, todavía nos falta ver el despegue de la temporada de verano”.
Confían que en agosto se supere la derrama de 3 mil 600 millones de pesos del año pasado y apuestan a que el próximo fin de semana las ventas se eleven un poco más.
“La realidad es que los restaurantes sentimos un alivio en nuestras ventas con respecto a los meses de mayo y junio, aunque todavía no sentimos un repunte como se espera en esta temporada. Actualmente, con la llegada de los vacacionistas nuestras ventas han crecido en 6 por ciento, aproximadamente”, dijo.
El comercio informal también llega a las playas y afectan al sector restaurantero, “pues a nivel global 8 de cada 10 expendios de alimentos no cuentan con los permisos correspondientes, los cuales incluso promocionan y venden sus productos a través de las redes sociales”.
“El comercio informal sigue siendo el peor enemigo de los restauranteros, pues cerca de un 80 por ciento de los restaurantes en la ciudad viven en la informalidad. La informalidad” se encuentra de todo tipo, desde restaurantes pequeños, hasta grandes empresas, que buscan ahorrase tiempo, dinero y esfuerzo al no hacer el trámite para pasarse a lo legal”, dijo.
Así, las cosas, al menos este fin de semana fue normal en las playas, sin tragedias ni cosas extraordinarias.
(Rafael Gómez Chi)