VALLADOLID, Yucatán, 30 de julio.- Un inusual fenómeno se registra desde hace varios días en esta cabecera municipal y varias de sus comisarías, la presencia en distintos terrenos y parajes de nutridos grupos de langostas, con curiosas tonalidades que van del verde, hasta el amarillo y naranja.
Si bien la cantidad de insectos llama la atención, su número no es tan grande para causar estragos, como ha ocurrido en el pasado, según indican algunos campesinos de la zona, cuando auténticas “nubes” de este tipo de insectos arrasaron con hectáreas de cultivos, principalmente de maíz.
Según pudo apreciarse, los insectos comenzaron primero a divisarse en montes cercanos a Valladolid y luego en comunidades como Chanyokdzonot II y Popolá, pero últimamente han podido apreciarse inclusive en zonas habitacionales de la cabecera municipal.
Hasta donde se sabe, el fenómeno se dio “repentinamente” y hasta el momento ninguna dependencia de sanidad ha alertado sobre la “plaga” y mucho menos ha realizado algún recorrido por la zona para comprobar si existe motivo o no de preocupación ante su presencia.
A decir de varios agricultores, “este insecto se controla cuando su cantidad es relativamente menor, sin embargo, de alcanzar un número considerable se vuelven unas “máquinas” que devoran cuanto vegetal se encuentren en su camino, “por lo que hay que estar muy pendientes de su evolución”.
Por lo pronto, el mayor temor de la gente del campo es que las langostas -que por el momento sólo han causado curiosidad, principalmente entre los niños- alcancen la categoría de plaga, sobre todo porque las lluvias apenas están comenzando y los elotes están iniciando su crecimiento.
“Si los insectos llegaran a proliferar rápidamente y se salieran de control, comenzarían a atacar los plantíos de elote, y ello ocasionaría graves daños a la agricultura de la región.
Es muy importante que las autoridades no se duerman en sus laureles ante la presencia de estos insectos en el municipio”, sostuvo Arsenio Cen Ucán, al referirse a la inusual presencia de langostas en su terreno.
(Alfredo Osorio Aguilar)