Sistema socioeconómico impide una estrecha relación entre padres e hijos

“Hoy los niños y las niñas se están quedando solos, es una de las características del siglo XXI, nunca como ahora, en la historia de la humanidad, había estado creciendo tan solos respecto a los adultos y eso es una mala noticia”, aseveró Gaudencio Rodríguez, de la Fundación América por la Infancia.

En una charla que dio en Mérida sobre cómo “Criar niñas y niños en el siglo XXI”, dijo que los seres humanos somos una especie altricial, que significa que es una especie dependiente de sus cuidadores muchos años, necesita la presencia del otro, la otredad.

“Y si los niños y niñas no pueden tener como referente a los adultos en el día a día, eso limita la construcción de un cerebro pleno y de una personalidad plena”, dijo.

Señaló que en esto hay una responsabilidad del Estado en la crianza, porque si bien esto es responsabilidad primaria de los padres, ellos solos no pueden. “La Convención sobre los Derechos de los Niños y de las Niñas dice que corresponde al Estado crear las condiciones para que los padres puedan cumplir con su función”.

“Debemos hacer un llamado a las autoridades para que puedan considerar las necesidades del desarrollo infantil, las cuales van muy de la mano con un cuidado de calidad de parte de los padres, los cuales, a su vez, necesitan de las condiciones de estar frescos, plenos, entusiasmados para acompañar el crecimiento de sus hijos”, dijo.

Lamentablemente, “la dinámica que se tiene en el mundo laboral nos exprime, nos cansa y cuando tenemos poco tiempo para ellos ya estamos tronados y no es que no queramos a los hijos, sino que la fuerza tiene un tope y en la manera en que se han organizado las ciudades en el mundo contemporáneo no está el derecho superior de la niñez”.

“Y en nuestro país eso es una ley, todos los derechos de los niños, empezando por el de vivir en una familia, con unos padres que puedan ejercer sus funciones parentales, no sólo es derecho, sino que es una obligación, no solo de los padres, sino con todo un aparato de Estado que le dé las oportunidades”.

En su plática abordó cuáles son las implicaciones de la crianza en esta época en la que nos toca a los adultos criar a las nuevas generaciones. “Sabemos que no es lo mismo en un lugar en una época que en otra y la nuestra tiene características muy específicas tomar en cuenta para poder conectar”.

“La familia como organización se ha ido transformando para dar respuesta a las necesidades del desarrollo infantil. Se encuentra como en crisis con el modelo socioeconómico y laboral en el que vivimos”, afirmó.

“Los papás, las mamás, queremos estar con nuestros hijos pero la organización laboral y económica no nos da la posibilidad de estar el tiempo suficiente, con la energía suficiente con nuestros hijos”, indicó.

Dijo que la persona que los puede llevar a sus labores es privilegiada, “porque tenerlos en el trabajo con nosotros no cualquiera lo puede hacer y eso bien medido, bien calculado, hasta trae beneficios, los niños pueden ver a sus padres desplegar sus habilidades en el entorno”.

“Eso pasó en otros siglos donde no se separaba el mundo laboral del mundo familiar, las dos cosas ocurrían en el mismo entorno, la gente tenía su taller, su siembra, en el mismo lugar donde ocurría la vida doméstica, entonces los niños y los adultos convivían siempre integrados”.

Pero vino la Revolución Industrial y en las sociedades de las ciudades grandes, sobre todo, partió la vida familiar de la laboral, concluyó.

(Rafael Gómez Chi)