Ana María Ancona Teigell
“No son dos sexos superiores
o inferiores el uno al otro;
son distintos.”
Gregorio Marañón.
Lo único que nos hace diferentes de ellos son nuestros órganos sexuales, por lo demás somos iguales en todo, aunque digan que también en fuerza física tenemos nuestras dudas, porque hay mujeres que pueden derribar a un hombre.
Y, como mujeres, ya estamos indignadas de que no se nos tome en cuenta, se burlen, nos humillen y maltraten por el simple hecho de ser mujeres. Somos tan valiosas, inteligentes, brillantes, capaces como los hombres y tenemos hasta muchas veces mayor capacidad y preparación para desempeñar cualquier cargo público, político, cultural o social.
“La igualdad de género es un principio constitucional que estipula que hombres y mujeres son iguales ante la ley,” lo que significa que todas las personas, sin distingo alguno tenemos los mismos derechos y deberes frente al Estado y la sociedad en su conjunto.
El reconocimiento de la igualdad de género ha sido una conquista histórica de las mujeres. Hace 250 años plantearse la igualdad de derecho era un hecho inconcebible ya que se consideraba que las mujeres eran naturalmente diferentes e inferiores a los hombres.
Los gobiernos del mundo inician el reconocimiento de la igualdad entre mujeres y hombres como un derecho a inicios del siglo XX, cuando se reconoció que las mujeres gozaban del mismo estatus jurídico para participar en la vida pública, tanto en cargos de elección popular, como en la economía y el trabajo.
Un hecho relevante de este reconocimiento fue la aprobación en 1979 de la Convención para la Eliminación de todas las formas de discriminación (CEDAW) porque sintetiza el conjunto de derechos que los Estados deben garantizar a las mujeres en materia civil, política, económica y social.
Se trata de un instrumento jurídico muy importante que obliga a los Estados a implementar acciones y políticas para hacer de los derechos una realidad. El Estado Mexicano ratificó la CEDAW en 1981, suscribiendo el compromiso mundial para combatir las desigualdades existentes entre mujeres y hombres (que no existen hasta el día de hoy).
Según la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) la igualdad de género se define como la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres, los hombres, las niñas y los niños. Puntualizando que los derechos, las responsabilidades y las oportunidades no pueden depender del sexo.
Los acontecimientos de los grupos feministas que se han dado en México en estos días nos demuestra claramente que las mujeres seguimos permaneciendo ocultas, ausentes, silenciadas por nuestros gobernantes. No podemos permitir que nos sigan violando, asesinando, golpeando, prostituyendo, sin que nuestras autoridades destituyan de sus cargos y encarcelen a policías, políticos, funcionarios públicos y a cualquier hombre que atente contra la integridad física de mujeres y niñas víctimas de tanta atrocidad y barbarie.
Las consecuencias de sus omisiones e indiferencia las estamos viviendo hoy en día, de alguna manera nos tienen que escuchar y qué tristeza que tengamos que llegar a destrozar los lugares donde se encuentran los responsables de permitir que delincuentes porque eso es lo que son, delincuentes y asesinos, anden sueltos en las calles, dejando en total indefensión a nuestras mujeres y niñas.
Lo que no debemos de perder de vista es que no todos los hombres son asesinos, violadores, golpeadores, machistas y misóginos. Desgraciadamente la mayoría lo son, pero hay una minoría que no, y no se les puede estar atacando ni en la calle, ni en la prensa, ni en las redes sociales; hay que ser objetivas y no dejarnos llevar visceralmente por lo que muchos están haciendo con nuestras mujeres y niñas.
Navegando por Internet me encontré un cartel feminista con lógica, que es una realidad y que quiero compartir con todas porque no podemos seguir destruyendo la imagen de los hombres buenos, con valores, principios y moral que los hay, porque los conozco.
Dice así: “Un hombre no viola…Viola un violador; un hombre no mata… Mata un asesino; un hombre no maltrata…Maltrata un maltratador; un Hombre no humilla… Humilla un cobarde; un hombre es un ser humano al igual que una mujer…Si queremos igualdad empecemos por el respeto”,
Sigamos luchando de acuerdo a las respuestas que tengamos de nuestros gobiernos y autoridades. Si no nos hacen caso, seguiremos haciendo lo que tengamos que hacer para defendernos, así nos llamen alborotadoras, destructoras, irreverentes, mujeres violentas.
Sí, en eso han convertido a muchas mujeres, que ahora también atacan a sus verdugos (autoridades e instituciones) que siendo algunas dirigidas por mujeres son cómplices del “patriarcado” que nos sigue depredando y dejando en las calles a seres inmundos que violan y asesinan sin piedad a nuestras mujeres y niñas.
¡No queremos guerra, exigimos justicia! ¡Pero daremos la batalla hasta que nos escuchen y nos dejen de violar, golpear, prostituir y matar!