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Yucatán

Roldán Peniche Barrera

Yucatán Insólito

“Es una de esas palabras que se inventan, sin que haya motivo y cuando el “inventor” no tiene nada que hacer.

Y el resultado es un barbarismo que, sin darnos cuenta, se va afianzando en nuestra habla rutinaria, como tantos otros que, en veces, llegan, por la fuerza de costumbre, a ser tomados en cuenta por la Academia. Tal es el caso de “regaderazo” que comenzó a estilarse en Yucatán y en todo México al tiempo que se inventó la regadera y todos comenzamos a usarla dejando los cubos (en Mérida) y las bateas (en los municipios) de lado.

Hoy reza en el Diccionario de la Academia:

REGADERAZO s.m. Méx. Baño ligero que se toma con una regadera.

Bueno, eso de “regaderazo” aguanta, pero “bañado”… ¿Por qué o para qué el participio cuando existe la castiza voz “baño” por bañarse?

Veamos un ejemplo:

-¡Oye, Gasolina, hijo mío, cómo apestas…!

-Vamos, Dr. Gorgojo… ¡No exagere Ud.!

-No, de veras, Gas… hueles como si no te hubieses bañado en cinco años, hombre de Dios.

-Pues me extraña, dóctor, porque justamente me acaba de dar un “bañado”… ¡y con jabón Heno de Pravia…!

Poesía joven de Yucatán

Algo Hermoso

Juan Manuel Góngora Briceño

Cuántas veces más se repetirá

este instante en una misma vida.

¡Quién será el que más te amará?

Nunca se te verá muy decaída.

Inamovible, jamás tranquila,

embelleciéndote un poco más,

sólo un poco más, cada vez más,

beber del néctar que se destila.

Consciente del poder que tiene, pide

canciones fugaces, ella decide,

ella otorga la guirnalda final.

Muchos andamos embelesados

en el prisma de su belleza vamos.

¡Ojalá nuestra vida no sea mortal!

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Yucatán

Voces del Pueblo.