Conrado Roche Reyes
La noche del 23 de este mes, en punto de las 20.00 horas, se efectuó en el Teatro Daniel Ayala Pérez la función “La Tiendita de los Horrores”, que es una comedia musical presentada por Stage Escuela de Teatro Musical.
El nombre de Stage Escuela de Teatro Musical nos dio la bienvenida a la función de “La Tiendita del Horror”, una adaptación libre de Howard Ashman.
Dicen ellos que el teatro para ellos, todos los miembros de la compañía escuela, es más que simple arte, es un momento mágico en el cual el público durante algunas horas tiene la oportunidad de transmitirnos un sinfín de emociones, a través de un espectáculo en vivo.
Hoy en día pareciera que las opciones se limitan a producciones locales simples y únicamente se pueden encontrar producciones de este tipo en giras de otros países y ciudades, muy particularmente es el caso del teatro musical que como sabemos no es muy común en nuestra región.
Es por esto que desean fomentar de manera profesional, y demostrarnos que en nuestra región existe talento e incluso mejor al que se pueda encontrar en ciudades más grandes, pero para lograr esto se necesita el apoyo del público. ¿Y como se puede apoyarlos? Simple y sencillamente disfrutando de sus funciones y promoviendo con amigos y conocidos el tipo de espectáculos que están generando.
A pesar de llamarse Escuela de Teatro Musical, su misión es ofrecer espectáculos de calidad que estén muy por encima de una función escolar, en las que intentan que nosotros, como espectadores disfrutemos de un momento inigualable.
Ennte un Teatro Daniel Ayala casi lleno, la trama de “La Tiendita del Horror”, según su director es la siguiente: Seymour Klelboin, un joven dependiente de una florería, está enamorado de su compañera Audrie, pero ella sale con un sádico dentista. Un día, después de un extraño eclipse, compra una rara planta, a la que bautiza como Audrie II. La planta crece rápidamente gracias a que Seymour le proporciona el alimento que necesita, y se convierte en un ejemplar espectacular, una verdadera atracción para la ciudad.
Son 16 actores en escena. La música muy bien. Sin embargo, a pesar de los buenos deseos y la buena parte actoral, en la coreografía (la cuestión corporal) y en el canto deben de poner más atención, sobre todo en la parte de entonación. Por lo demás, es un muy buen intento y lo principal es que se atreven. Tomen esto como algo que se dice con todo el cariño del mundo y se corrige solamente con ensayo y ejercicio. Adelante jóvenes, a trabajar con el cuerpo y la garganta.
Las coreografías son de Ashanti Calderón. Dirección vocal, Socorro Mireles; asistente de dirección, Paula Aldana. Dirección escénica, Melissa Arcila. Director general Fernando Castro. Asistente Mirley Cetina.