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El Ing. Alvar Alfie Bojórquez Briceño, jefe del Departamento de Investigación y Desarrollo de Proyectos Académicos del CBTIS 120, logró junto con su equipo de trabajo hacer que brote un arbolito de una especie que se encuentra en extinción: el canisté, kanisté o canistel.

Lo interesante del caso es que, nos informa, el canisté tiene 18% de proteínas, es rico en vitamina B12 y en vitamina A, tiene una fibra muy fina lo que lo hace excelente para el tracto digestivo, y era consumido por los mayas. Abundaba en Yucatán pero fue arrasado porque aunque es muy dulce y sabroso, su madera es muy dura y se usaba para hacer polines que se ponían en las casas de paja para colgar las hamacas porque antes no había eses metálicas. De hecho, explica Alvar Alfie, es tan dura la madera de este árbol que difícilmente le entra un clavo. También por eso lo han usado para hacer trompos de madera, ya que resiste los puyazos.

Alvar nos cuenta que en la segunda guerra mundial, Estados Unidos desembarcó en las islas Bahamas a un grupo de soldados y durante dos meses no les envió alimentos, pero no lo resintieron. Entonces, cuando les preguntaron cómo hicieron para sobrevivir sin las indispensables reservas de alimentos, explicaron que estuvieron comiendo el kanisté

Alvar descubrió que en los terrenos del CBTIS hay un canisté y se puso a investigar y, con apoyo del Ing. Reyes Francisco Leo Villaseñor, sembraron varias semillas y lograron reproducirlo.

–Esta planta –explica Alvar– no extiende sus raíces sino las manda para abajo, tarda de 3 a 5 años en dar fruto, y cada mata puede dar 100 kilos por temporada. En Estados Unidos, concretamente en Florida, cada fruto vale hasta 8 dólares. Y como está adaptado a nuestro clima, se podría producir para comer e incluso y para exportar.

En refresco

Y agrega:

–Otra forma de consumirlo es en refresco, pues queda muy sabroso en limonada. Cuando madura, esta mata que tenemos en el CBTIS da en junio, hay que bajarlo antes de que caiga, porque si se azota se rompe.

–¿Y cómo es que decidieron sembrarlo? –preguntamos.

–Es que tenemos un proyecto ecológico que se denomina “Siembra y cuida tu árbol frutal”, que es del interés del director del plantel, Ramanujan Gómez Herrera.

–¿Y qué dicen los alumnos sobre este proyecto?

–En el CBTIS 120 tanto los alumnos como los maestros, porque también están apoyando este proyecto las maestras Carmen Luna Bolón, Karla de Lourdes Alvarado Sánchez y el maestro José Alcocer Masa, estamos conscientes de que los árboles son importantes para la vida, y por ello se busca rescatar aquellas especies que por diversos motivos se han estado dejando en el olvido. Es el caso del kanisté, este árbol cuyo fruto muy pocos han logrado saborear debido a la falta de difusión. No sabe la gente que este pequeño fruto posee muchas propiedades alimenticias. Por eso gratamente nos dimos a la tarea de regresar a la naturaleza un poquito de lo mucho que nos otorga y estuvimos dando a degustar el fruto sin decir qué era. Hubo infinidad de opiniones al probarlo. Desde sabor a mamey, zapote, mango hasta puré de papá. Sin embargo, al develar el nombre y cómo es la fruta quedaron asombrados. Queremos rescatar esos sabores que nuestros ancestros conocían. Los mayas saboreaban su exquisito e inigualable sabor al consumirlo como alimento. Hoy en día está de moda comer ligth o ligero. El kanisté posee muy pocas calorías a pesar de ser dulce, y hoy por eso deseamos reforestar CBTIS 120 con el árbol que dio de comer por siglos a nuestros predecesores ya que si no es así desaparecerá de nuestra tierra.

(Roberto López Méndez)

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