Eliseo Martín Burgos
Al primer ministro inglés Winston Churchill, en una gira, una dama le preguntó si creía en fantasmas y contestó que sí, la señora insistió:
–¿Ha visto alguno?
–Señora, si lo hubiera visto no hubiera sido un fantasma, todos saben que están desprovistos de cuerpo, los fantasmas no se ven, por eso sólo se puede creer en ellos, de lo contrario no haría falta echar mano de la fe.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca