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Yucatán

Ricardo Manuel Wan Moguel1

Desde la inauguración del primer ferrocarril en Yucatán en 1881, florecieron diferentes oficios y labores que se encargaron de su operación y administración. Como sostiene Guillermo Guajardo Soto, en los primeros años de los caminos de hierro en México, la labor ferroviaria se aprendió lentamente a través de un proceso de internalización de la disciplina industrial, formación de capacidades productivas y de habilidades tecnológicas.2 Conforme pasaron los años, según se puede entender a través de la bibliografía y los documentos que he consultado hasta ahora para el caso yucateco, los trabajadores fueron dominando “los secretos” de la tecnología y consolidaron sus conocimientos ferroviarios. Para conocer a fondo este periodo y lo sucedido en los años posteriores, es importante recurrir a los informes de la empresa Ferrocarriles Unidos de Yucatán (FUY) y a los expedientes laborales de sus trabajadores.

Uno de esos documentos está titulado Informes del Consejo de Administración, de los señores comisarios de la compañía del Gerente General y Balance General, data de 1951 aunque su ejercicio fiscal corresponde al año de 1950 y es el que utilizaré para escribir las siguientes líneas. La fuente contiene información sobre el tráfico de carga, de pasajeros y exprés, los ingresos y los egresos de la compañía y la conservación de edificios e infraestructura. Además, tiene una sección de estadística de la que extraje algunos datos de los trabajadores que laboraban para FUY en ese periodo.

De acuerdo con esta fuente, para mediados del siglo XX, había 1,353 personas que se dedicaban a diferentes actividades relacionadas con los caminos de hierro como la electricidad, la carpintería, la conducción de las máquinas y los encargados de la conservación de vía. Estos trabajadores se distribuían en 16 departamentos, entre los que se encontraban las oficinas generales, la tesorería general, la contaduría, los despachadores, el almacén general de materiales, el de mantenimiento de equipo, el de transporte, etcétera. Adicionalmente, aparecen 55 trabajadores pensionados por incapacidad y 133 jubilados por antigüedad.

Es importante señalar que este documento muestra que los directores generales de cada departamento son los que reciben más salario y los obreros y los peones de vía son los que menos perciben. En esta dialéctica, el sueldo del gerente, tesorero y contador generales son de $1161, $764 y $644 respectivamente y los 295 peones que aparecen registrados recibían un jornal de $8 a $9, dependiendo de la labor que realizaran. Además de los trabajadores mencionados, la empresa tenía dos abogados con salarios considerables, que se encargaban de las cuestiones legales. Asimismo, contaba con empleados de la salud para atender a los ferrocarrileros en caso de enfermedad o accidente laboral. En este sentido, FUY tenía un médico jefe del servicio y tres auxiliares, tres enfermeros y dos químicos que desempeñaban su labor en el Sanatorio Rendón Peniche, puesto en servicio a partir de la segunda década del siglo XX.

1Historiador, [email protected]

2 Guillermo Guajardo Soto, Trabajo y tecnología en los ferrocarriles de México: una visión histórica, 1850-1950, 2010, p.51.

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