El tiempo nublado desalentó ayer la visita al puerto, si bien hubo turistas extranjeros que disfrutaron las apacibles playas de Progreso.
En la calle 80, a la altura del mercado, restauranteros y artesanos se instalaron en medio de la calle para ofrecer sus servicios, ya que se llevan a cabo trabajos para mejorar el entorno urbano.
En los restaurantes hubo música viva, que animó a algunas personas a ponerse a bailar y a tomarse fotos.
Entre los pocos yucatecos que desafiaron el mal tiempo ubicamos a María Concepción Baas Tun, originaria de Ticopó, quien llegó acompañada por 15 miembros de su familia, entre hijos, yernos, nueras, nietos y bisnietos.
Todos ellos arribaron desde las 8 de la mañana y se apostaron en la playa para disfrutar de botanas, comida y refrescos que trajeron consigo; todos portaban ropa ligera pero no se animaban a bañarse; comentaron que cerca de las tres regresarían a su comunidad.
Por su parte, la familia Córdova Cruz procedente de Tabasco llegó en una camioneta que trasladó a 15 personas, varios de ellos sí se bañaron en el mar
A diferencia de los visitantes nacionales y locales, los extranjeros se dieron su baño de sol y mar, y algunos optaron por tomar un masaje. Los más pequeños se dedicaron a jugar con la arena y los jóvenes, a jugar volibol u otro deporte.
Vendedores ambulantes de dulces típicos, kibis, juguetes de playa y frutas ofrecían sus productos. Los restaurantes de la playa tuvieron buena afluencia y registraron demanda de cerveza y platillos de pescado o marisco.
A mediodía cayó un chubasco que espantó a los vendedores ambulantes, así como a los vendedores de ropa de playa y artesanías, que se ubican a lo largo del malecón.
Sin embargo, a los turistas extranjeros no les importó la lluvia y continuaron disfrutando de su estancia en el puerto.
La lluvia fue breve, después salió el sol y todo regresó a la normalidad.
(Elena Gómez)