Eliseo Martín Burgos
El estadista inglés Oliver Cromwell, cuando se decidió a llevar al Rey Carlos I Estuardo al cadalso, fue tan persistente, que su decisión de cortarle la cabeza no cambió a pesar de los intentos de varios parlamentarios de hacerle desistir con el argumento que eso provocaría un levantamiento popular, pero a todo contestó con obsesiva determinación.
“Nadie podrá salvarlo, incluso con la corona puesta le vamos a cortar la cabeza”.
Su persecución terminó el 30 de enero de 1649, cuando rodó la cabeza del rey.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca