En Plaza de la Tecnología y en otros centros comerciales de la ciudad e inclusive en el interior del estado abundan los establecimientos dedicados a la venta o renta de viodeojuegos, la mayor parte de ellos plagados de agresividad o actos violentos, incluso mucho más sangrientos que Natural Selection, según se pudo observar en un recorrido.
En Vergel II, San Camilo, Morelos, Santa Rosa, inclusive en el fraccionamiento Francisco de Montejo y Ciudad Caucel, se observó a decenas de pequeños y jóvenes sentados frente a las pantallas con control en mano y audífonos mientras juagaban concentrados, ya sea de manera individual, en pareja o en grupos. Son fanáticos de videojuegos como Fallout, Gears of war, Resident Evil, Call of Duty, Silent Hell, Manhunt, Modworld, Hatred, Grand Theft Auto, Got of War y Mortal Kombat, este último considerado como el más violento, entre otros.
Sin embargo, a decir de los encargados de esos establecimientos, los videojuegos no son generadores de actos violentos en niños, niñas y adolescentes, sino la falta de afecto, convivencia y comunicación entre padres e hijos, pues es en el hogar donde ocurren las agresiones y maltrato.
De hecho muchos de los jóvenes que acuden a los videojuegos se pasan dos horas o más frente a las pantallas para escapar del ambiente familiar, que en ocasiones en opresivo; inclusive hay personas que se la pasan casi todo el día jugando, lo que sin duda resulta algo peligroso para su salud y la economía.
Señalaron que el tiempo máximo para jugar frente a un televisor o pantalla es de dos horas; de lo contrario, empieza a ser preocupante, a menos que se tomen un descanso y sigan; en promedio una persona se gasta unos 50 pesos en adelante cuando acude a un videojuego, cuyo costo es de 20 pesos la hora y 50 pesos por cuatro horas, las cuales puede utilizar hasta en un plazo de cinco días.
De acuerdo con datos recabados el precio de un videojuego digital va de los 350 a los mil 200 pesos, aunque los hay de tres mil pesos o más.
También se averiguó que ahora los niños y jóvenes pueden jugar desde sus hogares bajando de las redes el videojuego que deseen para jugar tanto individual como en pareja ya sea en el mismo sitio o con otra persona cada uno en su casa; los contendientes pueden vivir en la misma colonia, ciudad, estado o país, inclusive pueden jugar en grupos y todos al mismo tiempo.
Estadísticas
Según la Agencia Informativa Conacyt, ocho de cada diez videojuegos son violentos, lo que muestra que la industria de la violencia es rentable. Se estima que en 2018 esta industria alcanzará los 27 mil 32 millones de pesos en México.
La misma agencia informa que como resultado de la investigación académica “Joven y videojuego: análisis de la significación de la violencia”, realizada por Omar Constantino Pérez, afirma que existen cinco causas por las cuales los jóvenes participantes son videojugadores de contenidos violentos: se abstraen de la realidad, evocan recuerdos y sentimientos, les atrae la manejabilidad implícita y dinámica del videojuego, funcionan como un detonador de catarsis y les generan satisfacción.
Antes de realizar cualquier consideración, el autor afirma repetidamente que los consumidores de este tipo de videojuegos no demuestran ser personas violentas per se en su vida cotidiana, y la realización de esta práctica tampoco vuelve violentos a los usuarios.
Lo que sí que se constata con los informantes que sirvieron de base para la investigación de Constantino Pérez, es que los usuarios de videojuegos son propensos a insensibilizarse ante la violencia, pues se produce una legitimación de este fenómeno: “No es que lean muchas noticias, su referencia y la experiencia que tienen es el videojuego, están tan habituados al contexto violento que les parece natural y dejan de sorprenderse”
Otro de los aspectos a destacar de la investigación es la gran rentabilidad de la industria. Los jóvenes prefieren este tipo de videojuegos porque son los más entretenidos, tienen los mejores gráficos, las mejores historias, los personajes más detallados, la mejor musicalización al momento de jugar, además de que la funcionalidad es la más sencilla, la más fácil y entretenida.
La investigación también advierte de la carga ideológica que demuestran tener los videojuegos violentos como Halo o Call of Duty (algunos de los más populares). Constantino Pérez apunta que la raza, la cultura, el país, los símbolos y la religión son elementos reales que se pueden apreciar cada vez más en los videojuegos violentos y son utilizados para ejemplificar lo malo, peligroso o negativo, pero también para justificar el uso de violencia, por lo que “la industria de los videojuegos, a través de ellos, ha condicionado culturalmente por medio de determinadas ideologías a los jóvenes videojugadores con fines económicos, pero también pudiera ser con fines sociales y políticos. Una nueva forma de manipulación a través de la recreación”.
Por otro lado, el éxito de los videojuegos violentos se explica también porque son parte de la cultura de violencia que existe en México y en el mundo. Según la doctora Isabel Zermeño, conductora de la investigación de Constantino Pérez: “Es posible afirmar que los videojuegos de alguna manera acrisolan también la violencia que se ejerce en la sociedad, es decir, si no tuviésemos escenarios como los que tenemos ahora, tampoco sería este un producto tan rentable y tan extendido. Hay que tomar en cuenta que como industria cultural existe porque está retroalimentada con una cultura del videojuego, del ocio, pero también de la violencia”.
Por su parte, Ana Isabel Zermeño asegura que es necesario implementar más estrategias tanto para entender como para controlar la violencia en México. Lo ideal, concluye la investigadora, es que haya proyectos y programas para una cultura de paz desde los niveles educativos formales de primaria y secundaria, con una política pública clara, viable y que se pueda ejercer, porque cuando es bien concebida, debe ser transversal.
Por otra parte, el doctor y pediatra Luis Miguel Álvarez publicó recientemente el siguiente contenido: “Me siento muy consternado y triste respecto al tiroteo de hoy donde se quitó la vida el niño que asesinó a la maestrea en Torreón; como algunos saben, Torreón es la ciudad donde crecí, estudié y está mi familia. Quisiera compartir los pensamientos filosóficos y antropológicos de Sergio M. Puga, ... Al igual que él, No creo que el niño sea el responsable. Muchas personas se preguntan acerca del nivel de maldad del niño por haber disparado contra compañeros y maestra, y lo hacen responsable por ser un preadolescente. Pues bien, aunque duela hay que decirlo, el problema somos los papás.
“Si bien es cierto que a esa edad el lóbulo frontal de su cerebro no ha terminado de madurar por lo que se le complica controlar impulsos, que su proceso de mielinización no está completo y que es el cerebro emocional el que comanda su vida y lo lleva inconscientemente en búsqueda de emociones fuertes, también hemos de decir que no es justificante, pues la mayoría de las personas de su edad no recurren a estas instancias.
“¿Qué sucedió? Sería bueno indagar más respecto a la infancia de este niño, si hay un padre ausente o una figura de autoridad debilitada, si su cerebro tenía un desarrollo normal y por supuesto, si sufría acoso.
“La mezcla de estos tres factores anteriores suelen ser catastróficos, hoy mortales.
“La tendencia actual y la rigurosidad de nuestros padres nos llevan a los nuevos papás a querer ser los “amigos de nuestros hijos”, los papis o mamis buena onda”, y justo es de reconocer que esto no aporta nada al desarrollo cognitivo, ni emocional y ni a la maduración general del niño o adolescente.
“Hoy, por no batallar, caemos en el error de darles todo lo que nos piden, el celular, un dulce, una galleta, etcétera: es decir, cedemos a sus exigencias a la primera para evitar “teatros”.
“Lo único que provocamos con esto es una sobreestimulación de las áreas ventral tegmental y el núcleo accumbens del cerebro, encargados de la gratificación o recompensa.
“Esto significa que conforme siga este patrón de comportamiento aunado a la sobreestimulación, el niño se irá convirtiendo en un adolescente o adulto con CERO tolerancia a la frustración, lo que lo hará infeliz y vengativo, capaces de cosas como estas, pues su sistema de recompensa (áreas ventral tegmental y el núcleo accumbens) le “exigirá” la recompensa inmediata.
“No se trata de maniqueísmo, no es: o soy estricto y firme o soy blando y amoroso. Siempre hay medios. Se trata de ser autoridad, guía, protector. Se puede ser un padre o una madre firme y amorosa al mismo tiempo, que escuchen, den amor pero que no intenten gratificar siempre y todo y que puedan trabajar la paciencia en sus hijos.
“Por otro lado, seguramente se trata de abandono parental. Si bien es cierto que miles de niños (lastimosamente) sufren casos de bulliyng en sus escuelas, el hecho de que tengan mayores recursos para afrontarlos tiene que ver con la relación de confianza que sí establecen con los papás y la restricción de ciertos videojuegos y películas sanguinarias.
“En el libro de “Homo Videns”, el autor que fue un gran investigador y filósofo, describió cómo los cerebros de los niños aprenden y se apropian de deseos y conductas a través de lo que ven y lo que leen.
“La prevención está en nosotros, los papás, los responsables somos nosotros. Sus pequeños cerebros responden a estímulos de maneras emocionales, su “súper yo” (la vocecita interna que pudiera persuadirlos de no hacerlo) depende de la relación que tuvieron con nosotros sus padres.
“En un mundo donde toda la información está a la vuelta de un click, lo importante ya no es la memorización, sino el enseñar a pensar y manejar las emociones.
“Somos seres emocionales que razonan, no seres racionales que se emocionan. Nos tardamos mucho en darnos cuenta de esto. Primero es la emoción.
Les invito a platicar con sus hijos, a entender que no necesitan teléfonos inteligentes, tabletas, videojuegos, y si tienen la fortuna de comprarlos, deberán ser usados para fines académicos, bajo supervisión estricta.
“No seamos solo padres proveedores de cosas materiales, seamos padres responsables y atentos de las necesidades emocionales y afectivas de nuestros hijos.
“No sólo revisemos mochilas, revisemos sus corazones y mentes.
“No es mejor padre el que más da, sino el que más acompaña, aquel que guía, vigila, protege y sabe decir y respetar el ¡no! cuando sea necesario.
“A todos mis pacientes les deseo lo mejor siempre, y a sus papás les reitero mi firme compromiso de apoyarlos y orientarlos en lo que fuese necesario.
“Bendiciones siempre, eterno descanso a las víctimas, menos dolor a sus familias y pronta recuperación a los heridos.
“Y tú ¿Qué le deseas a tus hijos? Tarea: auto-analízate, platica con tus hijos! Y te sorprenderás...”.
(Víctor Lara Martínez)