Eliseo Martín Burgos
Cuando el actor norteamericano Robert Mitchum se presentó ante el director de su próxima película, éste le dijo:
–Te aviso, señor Mitchum, que soy muy nervioso, cuando me enfado no puedo controlarme y me vuelvo un auténtico energúmeno, insulto a los actores sin importarme de quién se trate, así sea tan corpulento como usted. Casi al instante me recupero y quedo tan amigo como siempre.
–Qué coincidencia –respondió el actor–, a mí también se me alteran los nervios de igual manera cuando me dicen algo que no me gusta y me lío a puñetazos con quien sea, claro que el coraje pasa al instante y entonces voy a ver a mi víctima al hospital.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca