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Yucatán

Enseñanzas humanistas del yoga global: homeless y welcomehomers

Jorge A. Franco Cáceres

Cuando caminamos por la ciudad, nos encontramos con hombres y mujeres que, más allá de lo que digan poderes y hagan las instituciones, siguen sus propios caminos en el mundo civilizado sin familias y sin refugios.

Reconocemos diferentes casos de homeless que sabemos que podríamos ayudar, pero también que nos inquietan al entender que podrían cambianos más de lo previsto, sea despejando nuestros prejuicios o problematizando nuestras vidas.

Hablamos de personas que viven a la intemperie, personas en alojamientos de emergencia, personas en alojamientos para personas sin hogar, mujeres alojadas en refugios por periodos cortos, personas en alojamientos para inmigrantes, personas dependientes de instituciones penitenciarias, sanitarias o tutelares y de personas que tienen acceso a residencias por su condición de carencia de vivienda.

¿Qué debemos preguntarnos cuando nos encontramos con las personas sin hogar por los distintos rumbos de la ciudad? ¿Estábamos destinados a tropezar con algunas para darles limosnas, o ellas estaban ahí como realidad social para empujarnos hacia la humanización plena?

Bienvenido a casa o welcome home es el primer sentimiento común que tenemos que analizar, como anfitriones complacientes que acostumbramos ser en nuestros hogares, cuando conocemos a los homeless. Somos coleccionistas de historias domésticas y esto es algo que casi siempre mostramos a los demás, sin reparar gran cosa en sus caminos en el mundo y sus viajes en la vida.

Los welcomehomers reconocemos afectivamente a las personas con quienes crecimos y los lugares donde vivimos. Se trata de esa memoria emocional que, por razones que desconocemos, las personas sin hogar no han conocido o que han dejado de reconocer.

Welcome home es el interior humano donde las personas y los lugares están impresos con la sensación ponderada de ser parte integral de sí mismos. Bienvenido a casa es una verdad compartida de amor incondicional por aquellos seres y sitios que hemos reconocido como hogares. Se trata de la verdad nuestra que opera como un implacable prejuicio frente a los homeless.

¿Dónde se encuentran ese amor y esa verdad de los que somos anfitriones complacientes en los interiores humanos de los homeless?¿Cómo operan este amor y esta verdad de los welcomehomers ante los diversos casos de las personas sin hogares?

Nos recomiendan las enseñanzas humanísticas del yoga global que los welcomehomers debemos vivir como si todos, incluso los homeless más inquietantes, pudieran escuchar nuestros pensamientos genuinos y compartir nuestros sentimientos profundos.

Orientan también que los principios rectores de la paz humana en el mundo civilizado dependen de la comprensión colectiva de que todos, homeless and welcomehomers, jugamos papeles personales de vida compartida.

Y nos advierten que, como creadores de cómo nuestros modos de ver el mundo civilizado y como autores de las maneras en que queremos experimentarlo, debemos responder con la meditación profunda la siguiente pregunta:

¿Qué podemos ofrecer los welcomehomers menos deshumanizados a los homeless más humanizadores mientras estamos aquí en la vida compartida?

Precisamente, en búsqueda de respuestas a este tipo de preguntas, proceden las enseñanzas humanistas del yoga global.

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