La iglesia de la localidad de Pisté fue construida con piedras labradas extraídas de los sitios arqueológicos cercanos a la zona de Chichén Itzá. Su construcción finalizó alrededor del año de 1734 bajo las órdenes de los frailes Franciscanos, según señalan algunos registros históricos.
Hoy en día el inmueble se encuentra desafortunadamente a punto de derrumbarse, poniendo en riesgo no solo la integridad de quienes circulan por el rumbo sino del patrimonio histórico y arquitectónico.
Edwin Tun Uc, secretario de la Parroquia de la Inmaculada Concepción, acude con frecuencia a este espacio para limpiarlo. Comenta que desde muy pequeño le llamó la atención el edificio y poco a poco fue investigando sobre su historia.
“Mi abuelo Anastasio Tun Kú me comentó que le tocó ver el edificio abandonado, durante el periodo de la Guerra de Castas fue destruido y fue hasta el año de 1905 que un grupo de pobladores decidió restaurarlo”: comenta.
Durante todo el siglo XX los sacerdotes encargados de oficiar las misas viajaban de los municipios cercanos de Yaxcabá, Valladolid, Sotuta y Tinúm, como se observa en una fotografía captada por la lente de Dimitri Kessel con fecha de 1947, en la que se retrató a un sacerdote realizando la celebración eucarística y al fondo en el nicho central del altar mayor, la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción.
Esta imagen ha sido restaurada en cuatro ocasiones, siendo la última en el mes de junio del 2018.
Tun Uc comenta que la iglesia fue cerrada alrededor del año de 1995 por múltiples cuestiones de seguridad ya que comenzaban a desprenderse pedazos del techo y las paredes presentan cuarteaduras a causa de la humedad y la falta de mantenimiento.
El párroco Luis Sansores fue el último en oficiar una misa y fue el encargado de rescatar las imágenes de la virgen y el crucifijo. El segundo perteneció a esta iglesia y fue llevado al recinto religioso del municipio vecino de Quintana, ante la molestia de los fieles.
El Frente de la iglesia de Piste muestra dos torres de dos niveles a los que les faltan las dos cruces y campanas. En el interior del recinto sagrado aún se conserva la pila bautismal original y en uno de los nichos permanece la Cruz Verde, de más de un metro de altura, el cual conserva en dibujo los elementos mayas y cristianos. En la parte trasera del edificio lo adornan unas cabezas de serpientes perfectamente talladas, con lo cual se demuestra la fusión de elementos precolombinos y coloniales.
Por Martín Zetina