Habitantes de esta localidad protestan por las fallas constantes de suministro eléctrico.
Tras cuatro días en penumbras, los pobladores veían muy difícil el restablecimiento del servicio, “porque se acerca el fin de semana y cuando pasa así alcanzamos la semana sin luz”, dijeron.
Noticia destacada
Hallazgo de vestigios arqueológicos en Candelaria no retrasará el Tren Maya: Fonatur
Celso Mahay Cox exigió al comisionista de Tiholop estar atento a estas eventualidades, pues aunque se lo reportan no hace nada, en vez de orientarnos nos regaña, pero nuestro recibo de luz él los cobra, sostuvo.
En el mismo sentido, Macario Mahay afirmó que pasan mucho tiempo sin el servicio, "y si lo reportan a veces no contestan y si responden no resuelven nuestra demanda, el problema se agrava más porque no podemos encender la bomba de agua potable y nos vemos en apuros, incluso tenemos que ir a Ichmul por el vital líquido", precisó.
Luis Mahay Noh, comisario de la localidad, exigió a la comisión prestar más atención porque la situación es constante, de tres a cuatro días a la semana la luz se va. Según afirma, "el servicio escolar que prestan las maestras que vienen a apoyar a nuestros hijos sufre afectaciones, porque las clases por internet si de por sí son difíciles, con los apagones constantes no podemos recibir ni mandar tareas, el único servicio gratuito es el de la escuela primaria", aseguró.
Cerca las 10 de la noche luego de cuatro días sin luz, cuando se caldeaban los ánimos llegó personal de la CFE, quienes intercambiaron palabras con los inconformes, le dijeron que una maestra hace los reportes de las fallas en Peto, pero uno de los empleados dijo en tono grotesco que no ella (la maestra) autoriza las salidas para reparar el servicio.
Finalmente, se instaló el servicio, “quedó bien, tranquilos”, dijo otro trabajador de la empresa eléctrica y se retiraron.
Los habitantes de San Marcos, localidad que dista 45 kilómetros de la cabecera municipal, aseguran que, a pesar de los apagones constantes, el recibo de luz llega puntual y sin descuentos.
Por José Marcelo Tamay Poot