Yucatán

Vecinos se arrepienten de adquirir su casa en el Fraccionamiento Las Américas

Habitantes se dicen arrepentidos de haber adquirido su casa en el Fraccionamiento las Américas pues en tan sólo unos meses perdieron todo su patrimonio.
Foto: Luis Payán.

“Estoy cien por ciento arrepentida de haber comprado casa aquí. Hoy tengo mucha tristeza porque con mucho trabajo compré lo que creí sería mi patrimonio, para tener una vejez segura y hoy todo está echado a perder por el agua”, señaló ayer la señora María Bárbara Landa Garrido, una de las muchas personas afectadas por las inundaciones en el Fraccionamiento Las Américas.

En la parte más afectada de este desarrollo habitacional, se vive un auténtico éxodo de gente que se está yendo a vivir a otros lugares, ya sea en casas prestadas o rentando algún otro espacio y los sentimientos que se viven son de arrepentimiento por haber comprado en Las Américas, de tristeza por haber perdido gran parte del patrimonio, así como de incertidumbre y temor por lo que pasará más adelante.

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Entrevistadas por separado, distintas personas comentaron que eligieron comprar una vivienda en este fraccionamiento por ser una zona Residencial, con una plusvalía alta, y porque les aseguraron que las viviendas estaban hechas con los mejores materiales, de primera calidad, y aunque tal vez sea así, nunca previeron las fuertes inundaciones que se presentaron tras el paso del Huracán Delta.

Las casas en la zona varían, las hay desde 800 o 900 mil pesos las más sencillas, hasta el millón o millón 200 mil. Algunos usaron sus ahorros para comprar, otros están pagando créditos, pero hoy la plusvalía cayó por los suelos con los sucesos que se viven.

De acuerdo con la página de la constructora, se ofrecen diferentes modelos de vivienda, como la modelo Montevideo que cuesta 881 mil 100 pesos o la más cara que es la modelo Mérida Plus de 3 recámaras y de planta alta que cuesta 1.6 millones de pesos. Las hay que cuestan un millón y 1.3 millones.

La señora Landa Garrido llevaba viviendo en el lugar 5 años y nunca había tenido problemas como los que tiene hoy. En junio pasado, tras el paso de la tormenta Cristóbal hubo inundaciones, pero no como las que se dieron con el huracán Delta y que persisten hasta hoy.

“El agua entró a la casa y se nos echaron a perder la mitad de las cosas, el refrigerador, el aire acondicionado, el comedor, las sillas, el tocador. Yo calculo que perdimos como 100 mil pesos o más”.

“Ahora, cuando creías tener una certeza hay que volver a empezar y a los 60 años está difícil”, señaló.

La realidad es que el agua de la zona está verdosa y hiede, pero eso no es el mayor problema, sino los hongos que invadieron paredes y muebles, y las casas distan mucho de prometer seguridad y estabilidad.

En el caso de la entrevistada, dijo que todavía está pagando su crédito con Fovissste y la casa tiene un seguro por parte de esta dependencia. Dijo que ya inició los trámites y está a la espera para ver si procede y cuánto les pueden aportar. En su momento pagó en 600 mil pesos la casa, pero ahora rondan los 900 mil o el millón de pesos.

“Pero la verdad es que a mí ya me da miedo regresar. ¿Ya qué seguridad puedo tener? Tengo una nieta de 4 años y era el patrimonio que yo tenía. Espero a ver qué me responde el Fovissste y mientras vamos a vivir a la Emiliano Zapata Oriente”, dijo.

La señora Aracely Díaz Gómez también se dijo completamente arrepentida de haber comprado en este lugar que hoy está devastado por el agua, sobre todo, “porque pude comprar en otra zona y con el mismo costo o menos”.

De igual forma, expuso que en junio ya habían tenido un aviso con el agua que subió, pero las últimas lluvias de “Delta” vinieron a complicar toda la situación.

En su caso, consideró que también tuvo pérdidas de unos 120 mil pesos, de todos los muebles y aparatos dañados por el agua y no sólo eso, sino que ahora su vivienda ha perdido plusvalía.

Expuso que hace unos meses venció el seguro de 5 años que te da la empresa Sadasi, por lo que están viendo si puede aplicar todavía de forma extraordinaria ante los sucesos ocurridos, porque las casas no son baratas, sino que rondan los 900 mil o más del millón.

“Nosotros compramos porque nos vendieron hablando de que tienen los materiales de la mejor calidad, con calles urbanizadas, que todo estaba bien, pero ya vemos que no. Ha bajado la plusvalía por completo e incluso para contratar un seguro pues ya te lo quieren vender más caro porque estamos en una zona que se inunda”, comentó.

Dijo que el más barato que han cotizado, hablando del seguro de vivienda, es de mil 600 pesos mensuales, mientras la casa se sigue pagando por medio de un crédito de vivienda.

“Ahora el agua apesta, hay moscos y todo está lleno de hongos. Se echaron a perder los aparatos eléctricos, las puertas ya no cierran, los muebles están inservibles”, expuso.

Arturo López Palomino, al igual que muchas otras personas, se dedicó a limpiar su vivienda y tratar de eliminar algo de los hongos que hay en muebles y paredes, también se dijo arrepentido de habitar en este fraccionamiento, que lo eligió porque está cerca de sus familiares, pero también porque supuestamente todo era de la primera calidad.

“Yo creo que perdí unos 30 o 40 mil pesos; hablamos de colchones, muebles, aparatos, todo está lleno de moho. Estas casas estaban el año pasado como en 900 mil y las hay hasta de un millón 200 mil pesos, pero pues ahora estamos arrepentidos”, lamentó.

En su caso, dijo, la casa no tiene seguro, por lo que el panorama es severamente desolador y de tristeza por perder el patrimonio.

En los alrededores el agua ha ido bajando de a poco y a 12 días hay casas que son inhabitables, por lo que mucha gente se está mudando.

Kevin Ruz, quien trabaja con un camión de mudanzas, expuso que no ha dejado de tener trabajo desde hace unos días y ha llevado a cabo como 10 viajes de familias que han dejado sus hogares.

“Los he llevado a otros lugares, en el oriente, en Altabrisa, Pensiones, Vergel, a diferentes lugares, pero es un hecho que la gente ya no quiere estar acá, porque la situación está deveras muy complicada”, mencionó.

Mientras tanto, las pipas siguen sacando agua de las calles, en extensas jornadas en las que cada camión que transporta 10 mil litros, da unos 7 u 8 viajes, según expuso Rodrigo, uno de los supervisores.

“Sí ha sido un trabajo cansado, porque la gente tiene desesperación y hay que tratar de ayudarlos, pero está duro porque hay que estar moviendo la manguera que está pesada y andar el agua. Pero estamos trabajando en esta zona son 7 pipas y unas 14 gentes, y poco a poco va bajando el agua”, mencionó.

Mientras tanto, la desarrolladora Sadasi continúa con trabajos de construcción en la cuarta etapa del fraccionamiento Los Héroes, donde se observa maquinaria y obras de nuevas casas en proceso.

Por David Rico