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Yucatán

Integrantes de la comunidad LGBTIQ+ presentan problemas económicos debido a la pandemia

Miembros de esta comunidad comentan, que con todas las complicaciones que ha traído el COVID-19 se deslumbra un panorama sombrío.
Comercia quesos para poder sustentar sus gastos
Comercia quesos para poder sustentar sus gastos / Julio Jiménez Mendoza

Integrantes de la comunidad LGBTIQ+ pasan problemas en medio de esta pandemia debido a que ahora es cuando comienzan a trabajar en los oficios con las que se ganan la vida, después de más de ocho meses con las bolsas vacías y deudas acumuladas.

Isabel Sánchez Hipólito, conocido popularmente como “Chabela”, comerciante de quesos y reina del pasado Carnaval 2020 de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTIQ+), se gana la vida comercializando quesos frescos por las calles.

Mencionó que hace once años que se dedica a la venta de quesos por las calles a bordo de su triciclo de carga, en el que recorre grandes distancias para ofertar su producto.

“La pandemia nos afecta a todas, pero ahora con mucha higiene estoy como siempre vendiendo mis productos por las calles, pero en la pandemia no todas las cosas son malas, debido a que ésta me ha permitido disfrutar a mi madre, Narcisa Hipólito Reyes, de 77 años de edad, que está conmigo en la casa”, comentó.

“A mi madre siempre le decía en mis años mozos, cuando descubrió mi identidad, ‘madre, algún día viviré de mi queso’ y ésta sólo sonreía, porque en aquellos años me dedicaba a otras actividades”, dijo.

“Pero ahora que converso con mi jefa se da cuenta que le dije la verdad, debido a que por las calles comercializo mi queso de hebra que es de lo que vivo y eso es una realidad, debido a que esta semana comencé a salir y mis clientes me compran, son fieles.

“Saben la calidad del queso que les vendo, fui la pionera de la venta de quesos por las calles del puerto, pero como todo, ahora hay competencia que nos ayuda ser mejores”, abundó.

Dijo que “con la pandemia muchos planes se vinieron abajo, como el evento de la comunidad que estaba planeado para Cancún para el verano pasado, donde con la esperanza preparé un buen vestido que me costó arriba de 2 mil pesos y que hoy permanece en el ropero aún sin estrenar.

“Lamentablemente no hay fecha para que las autoridades de salud, otorguen los permisos porque este era un evento público que se canceló”.

Sandy, estilista, busca el sustento

En el caso de Sandy García May, estilista de profesión, estaba en un local por el que pagaba tres mil pesos mensuales de renta, pero después de tres pagos atrasados más la energía eléctrica, tuvo que cerrarlo, “ahora ando por los muelles de Yucalpetén ofreciendo mis servicios de estilista ambulante”.

“Muchos de mis clientes son pescadores y me conocen de años en el oficio, pues me solicitan el corte de cabello, que en muchas ocasiones tiene que ser fiado y me pagarán a la vuelta de sus labores en altamar", comentó

“El pago bien puede ser en efectivo o bien con pescado, pulpo no creo, debido a que hay escasez, pero si es pescado lo vendo a los pacotilleros y de esta manera es como sobrevivo”, platicó.

“Ahora que intenté abrir de nuevo mi modesto saloncito en la colonia Vicente Guerrero, en mi casa, después de las lluvias se dañaron mis muebles de trabajo, se oxidaron, además que las autoridades me piden muchos requisitos, que de acuerdo a mis ingresos no podré cubrir por falta de dinero”, abundó.

“Así que tomé mi bolso, mis tijeras, peines, capas, maquinita de rapar, porque hay clientes que les gusta ser rapados y hay que darle, en cuanto a lo que gano al día, mientras salga para la comida qué más puedo pedir.

“Pero espero que pronto comiencen las celebraciones y los maquillajes de quinceañeras, bodas, porque lo último que tuve fue en el pasado Carnaval, no pensaba que el COVID-19 se ampliara tanto.

“Me gaste mis ahorros y ahora hay que comenzar de nuevo, aunque no haya para el estreno de la Navidad y Año Nuevo, al fin no tendremos dónde ir, debido a que según tengo entendido no habrán celebraciones decembrinas ni trabajo para los estilistas”, finalizó.

Por Julio Jiménez Mendoza

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