Con las lluvias de la Tormenta Tropical Gamma, el techo de la capilla del pueblo de Pisté colapsó y hasta ahora ninguna dependencia o autoridad ha mostrado interés en llevar a cabo algún rescate, a pesar de la importancia histórica del inmueble que fue construido en 1734 con piedras labradas de los edificios mayas de la zona de Chichén Itzá.
Edwin Tun Uc, colaborador de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, narró que de por sí la parroquia se mantenía descuidada y, aunque muchas veces acudió gente del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), solamente han tomado fotos, pero nunca se ha hecho ninguna intervención.
Expuso que la última restauración se hizo en el año de 1900, pero desde entonces nada y ahora el techo colapsó con la tormenta tropical y las paredes sentidas por el agua, con riesgo de mayores derrumbes.
“Muchas veces el padre Felipe Aké intentó o quiso hacer algún tipo de restauración, pero el INAH no lo permitió porque es un inmueble histórico, pero tampoco ellos le han dado ninguna atención y hoy vemos con tristeza que está a punto del derrumbe”, expuso.
Dijo que debido a las condiciones del inmueble se cerró al público desde 1995 y él se ha mantenido como una especie de custodio, que cuando podía limpiaba el lugar y le daba atención, pero ahora ya está en muy malas condiciones..
Señaló que para los habitantes de Pisté es triste porque muchos de los abuelos acudían a misa en el lugar y él, por ejemplo, ahí tomó su catecismo hace muchos años cuando la parroquia todavía funcionaba.
Explicó que la parroquia está dedicada a la Virgen de Guadalupe y que, según las narraciones de los abuelitos, se trataba de una capilla de indios, porque sólo los indígenas tomaban misa en el lugar, por lo que dijo tiene un gran valor histórico.
Lo anterior se puede ver en las piedras labradas que forman parte de la construcción, muchas de las cuales se cree pudieron ser extraídas de los edificios mayas de la zona de Chichén Itzá, así como se mantienen algunos motivos como la pila bautismal, también de piedra labrada con motivos mayas, o la cruz verde que muestra el sincretismo religioso.
“Yo trataba de mantenerlo limpio. A veces venía y lo limpiaba, pero era triste porque encontraba en el interior condones, latas de cerveza y pañales sucios. El sitio ha sido muy profanado y no hay interés por parte de ninguna autoridad en rescatarlo”, expuso.
Mencionó que el último en oficiar misa en el sitio fue el sacerdote Luis Sansores, quien también rescató las imágenes religiosas.
Por David Rico