Con la bajada de la sagrada imagen de la Virgen Inmaculada Concepción, patrona de esta comunidad, inician oficialmente los festejos patronales en su honor, aunque será de manera diferente a consecuencia de la presencia de la pandemia mundial por el coronavirus.
Anoche, en medio de una magna celebración, custodios de la iglesia de Kaua, bajaron la sagrada imagen de su nicho principal para llevarla en procesión a la explanada improvisada como un altar para llevar a cabo de manera paralela la ceremonia de la primera comunión.
Las actividades religiosas en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción tendrán lugar a partir de la bajada de la sagrada efigie hasta el 8 de diciembre próximo y en la que se realizarán novenarios, misas, entre otras actividades, pero todas procurando no generar demasiada aglomeración de personas.
En esta ocasión por la presencia del COVID-19 se llevará a cabo actividades religiosas en la que se cuidará que se respete cada una de las medidas y protocolos sanitarios para evitar un posible contagio entre la feligresía católica.
Aunque, por parte de lo profano, no se realizará ninguna actividad para evitar aglomeración de personas en un mismo sitio que pudiera ser propicio para la transmisión y contagio del coronavirus.
Varios fieles católicos, como Magdalena Tuz Tun y Carlos Idelfonso Cortes, manifestaron su beneplácito por las actividades religiosas que se van a llevar a cabo, así como su total acuerdo de que se hayan suspendido las actividades profanas para evitar amontonamientos y por el bien de la salud de los habitantes.
Primeras comuniones
Uno 30 niños y niñas recibieron por primera vez el cuerpo y la sangre de Cristo a través de la hostia consagrada, de manos del párroco de Tinum, el presbítero Félix Olavo Tec, en una sencilla ceremonia eucarística oficiada en la explanada de la iglesia en este poblado.
Antes de iniciar con la ceremonia el padre pidió a los padres de familia y a los padrinos, respetar las medidas implementadas por la contingencia sanitaria y evitar hacer reuniones sociales y festejos después de la actividad.
Asimismo les recordó, a cada uno de ellos, la responsabilidad que adquieren al acompañar a estos menores a recibir la primera comunión, de continuar educando a los adolescentes en el camino del señor.
Durante el evento catequistas y voluntarios de la iglesia estuvieron al pendiente de que todos los asistentes respetaran cada uno de los protocolos sanitarios, implementados por las autoridades, para evitar un posible contagio de COVID-19.
Por Víctor Ku