Unas ocho mil personas llenaron, ayer, las playas progreseñas, a pesar del temor a la pandemia, olvidaron, por un rato, su fastidio de estar en casa y con los hijos estresados por el encierro
Ayer se registró un concurrido domingo en la playa, con predominio de un clima agradable que recibió a centenares de paseantes quienes se olvidaron de las medidas de higiene del COVID-19 y disfrutaron del mar, el sol y la arena.
A las 17:00 horas la Secretaría de Seguridad Pública dijo que se desplazaron a las costas de Progreso unas ocho mil personas, entre autobuses, taxis colectivos y vehículos particulares que se extendieron desde el puerto de Chuburná hasta Uaymitún.
En este último domingo de noviembre del penúltimo mes del 2020, un grupo de jóvenes recorrieron las playas al ritmo de su batucada, siendo un atractivo para los paseantes, principalmente los adolescentes.
Al igual que otros músicos que con equipos adaptados cantaron a los paseantes con sus instrumentos hicieron lo suyo, para obtener unos pesos en el domingo playero con buena afluencia de visitantes.
Reina Reyes, de Campeche, no perdió la oportunidad de echarse una cantada acompañada de unos músicos urbanos al ritmo de trompeta y tambora, no sin antes pedirles a sus familiares que le grabaran su canción con el fondo del puerto de Progreso.
Sarahí Colins en compañía de su nieta, la pequeña “Marison”, llegó desde la ciudad capital para pasar un día playero, dijo que las palapas las rentan a 100 pesos y otras a consumo; finalmente eligió una palmera para disfrutar del mar, debido a que mencionó que su estancia sería limitada, porque era la primera salida que hace de su casa y, desde luego consciente, del peligro de COVID-19, aún latente en el puerto.
Reina Jiménez Chan llegó con su familia procedente de Maxcanú, dijo que vino con temor a la pandemia, pero en verdad refirió su fastidio de estar en casa y con los hijos estresados por el encierro; en la casa se abastecieron de ceviches, botanas y, desde luego, cervezas.
Luis Pérez Canché, mesero del malecón, dijo que definitivamente el domingo último del mes al pasado sábado, en lo que fue servicio de mesas en las playas donde se cuidaron los protocolos de seguridad con motivo de la pandemia.
En las costas del puerto fue notoria la presencia de los yates de recreo que recorrían la costa, los cuales no se notaron en los últimos días, debido a que la tranquilidad del mar presagiaba la aproximación del Frente Frío número 17, que se da a conocer en nota aparte.
Hubieron personas que estuvieron en sus kayac en las playas, lo cual sólo se observa cuando hay mar en calma como este fin de semana, además de que los visitantes se dieron un delicioso chapuzón, mientras algunas familias con sus hijos construyeron castillos de arena y figuras durante su paseo dominical a las costas yucatecas.
Desde luego, se registró la venta de bebidas etílicas en los expendios y centros de autoservicio, en los que se notó una gran actividad y filas formadas para adquirir las cervezas.
En los restaurantes de la avenida del malecón se hicieron filas para ingresar a los estacionamientos y después para conseguir una mesa, aunque fue notoria la presencia del turismo peninsular y local este domingo.
Algunos jóvenes también aprovecharon tener una cascarita el domingo por la tarde, para demostrar sus habilidades con el balón.
Pasadas las 17:00 horas y debido a que el sol se oculta temprano, además de la tarde nublada por los efectos del Frente Frío número 17 pronosticado, los visitantes comenzaron a retornar a las terminales de autobuses y taxis colectivos, a diferencia de los que trajeron sus vehículos propios y que pueden permanecer más tiempo en el puerto.
Elementos de la Policía Municipal Coordinada, en conjunto con patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública, realizaban recorridos para evitar probables conatos de pleitos, debido al alto consumo de bebidas alcohólicas.
Por Julio Jiménez Mendoza